AMLO: ¿Un nuevo Lula?
López Obrador no será un Hugo Chávez. La aproximación de su gestión, por estilo y prioridades, se acercaría más a la del expresidente de Brasil.
Los mexicanos, hartos de la política tradicional, la corrupción y la violencia, prácticamente le dieron un cheque en blanco a Andrés Manuel López Obrador, el candidato de izquierda que arrasó en las elecciones del domingo y que a partir del 1 de diciembre gobernará hasta 2024. AMLO obtuvo un 53%, lo que representa 25 millones de votos, la cifra más alta que ha obtenido un Presidente mexicano. Pero no sólo eso: López Obrador también consiguió mayoría en el Congreso y su partido (Morena) se impuso en bastiones históricos del PRI en alcaldías y gobernaciones, lo que en total le da un respaldo de más de 56 millones de sufragios.
AMLO ha prometido un cambio total en México, que por primera vez no será gobernado por un partido político tradicional, como el PRI o el PAN, cuyos dos candidatos presidenciales, José Antonio Meade y Ricardo Anaya, sumaron entre ambos apenas un 38%, una debacle para ellos y sus conglomerados. López Obrador, de 64 años y que había fracasado en sus dos intentos anteriores por la Presidencia, en 2006 y 2012, se ha dedicado desde su triunfo a dar señales de tranquilidad a los mercados y a los empresarios, que temen que sus promesas de campaña se transformen casi que una lucha de clases.
Pero el futuro Presidente mexicano ha prometido que no habrá expropiaciones, que habrá libertad empresarial, de asociación y creencias, porque lo suyo será "una verdadera democracia, no una dictadura". Incluso dijo que si alguno de sus compañeros de lucha o familiares se veía involucrado en alguna acusación de corrupción, no le temblará la mano.
Como suele ocurrir en América Latina, entre las promesas de campaña y la concreción de proyectos hay un larguísimo trecho. López Obrador, un outsider que encarna el desencanto generalizado de la sociedad mexicana respecto de sus autoridades, lo sabe y por eso en un comienzo intentará imponer un cambio en el estilo de cómo se hacen las cosas, más que en intentar transformarlo todo de un día para otro.
Sin embargo, AMLO no será un Hugo Chávez, como muchos han intentado demonizarlo, sino que más bien su aproximación sería más la de un Lula mexicano. Durante sus dos gobiernos, Lula –que hoy cumple una pena de cárcel por corrupción- sacó a más de 28 millones de brasileños de la pobreza y lo mismo podría intentar hacer AMLO. En México, 53 millones de personas (casi la misma cifra de los que votaron por López Obrador o su partido Morena), son pobres. Esto corresponde a nada menos que el 44% de su población.
Aunque la corrupción y la violencia están en el tope de la agenda, AMLO pondrá acelerador a sus programas sociales, tal como lo hizo cuando fue jefe de gobierno de Ciudad de México. Experiencia tiene, pero las expectativas son muy altas y eso podría terminar pasándole la cuenta. De todos modos tiempo tiene (casi seis años en la Presidencia) y las cifras lo respaldan: cuando gobernó la capital los homicidios disminuyeron de nueve por cada 100 mil habitantes a siete cuando dejó ese cargo en 2005. También se registró una baja en los secuestros y las extorsiones. No obstante, lo que temen algunos mexicanos es que su gestión económica sea un desastre. Y ahí estará otro de sus grandes desafíos. Lula bien lo sabe.
Lo último
Lo más leído
1.
3.
4.
5.
Contenido y experiencias todo el año🎁
Promo Día de la MadreDigital + LT Beneficios $3.990/mes por 6 meses SUSCRÍBETE