Científicos, deportistas, personajes de la cultura: 78 extranjeros han recibido la nacionalidad por gracia en los últimos 30 años

A fines de octubre y con un contundente apoyo, la Sala de la Cámara de Diputados aprobó entregar la nacionalidad chilena por especial gracia a Mary Therese Kalin Arroyo, ciudadana neozelandesa, académica de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile y Premio Nacional de Ciencias Naturales 2010.

La iniciativa, según consta en la Biblioteca Nacional del Congreso, se debió a “su invaluable contribución al conocimiento científico de la biodiversidad de la zona altoandina de nuestro país y por aplicar dichos conocimientos a la conservación de la biodiversidad, la sustentabilidad, la evaluación y la mitigación de los efectos del cambio climático en Chile”.

Luego de vivir en Estados Unidos y Venezuela, Kalin llegó al país en 1978 y actualmente es la directora del Instituto de Ecología y Biodiversidad de la Universidad de Chile. Su interés científico se centra en la conservación de la biodiversidad de los ecosistemas mediterráneos y bosques templados de Sudamérica.

Es asociada extranjera de la National Academy of Sciences de Estados Unidos, miembro de la Academia Chilena de Ciencias, miembro honorario de la Royal Society of New Zealand y miembro (fellow) de la Sociedad Linneana de Londres. Obtuvo la medalla presidencial de la Universidad de Chile, condecoración Amanda Labarca, el premio BBVA en Biología de la Conservación y el Volvo Environment Prize.

Mary Therese Kalin se transformó así en la extranjera número 78 en recibir la nacionalidad chilena por gracia en los últimos 30 años, en una lista que integran personajes como los deportistas Yasmani Acosta y Arley Méndez, los empresarios Jürgen y Horst Paulmann, el sacerdote Ricardo Ezzati, el pintor Giulio di Girolamo y su hijo Claudio y el sacerdote Pierre Dubois.

Según reza en la ley, la nacionalidad por gracia “constituye el más alto honor que se puede conferir a un extranjero en nuestro país, en consecuencia, sólo se deberá conceder a personas notables y destacadas, que exorbiten el término regular en el estado de actividad que les es propio”.

Y para otorgar dicha distinción deberá considerarse la existencia de un vínculo real del beneficiario con la comunidad nacional, y será “necesario que la actividad ejercida por el extranjero que se desea honrar se traduzca en un beneficio efectivo y relevante para el país, en el ámbito específico de que se trate y constituya un servicio destacado a la República”.

Este año, el Congreso también otorgó la nacionalidad por gracia a Steven Colon Santos, ciudadano estadounidense, fundador y presidente de la Fundación Educativa de Desarrollo Económico y Social (Fedes), y al argentino-austriaco Miguel Roth Fuchs, astrónomo que pertenece a la Sociedad Chilena de Astronomía; de la Academia Mexicana de Ciencias; del Directorio de la Fundación EcoScience; del Directorio de la Fundación Cielos de Chile; del Directorio de CATA 2.0; y del Comité Ejecutivo del Comité de Ciencias, Tecnología e Innovación (STIC) de la Embajada de los Estados Unidos.

El economista e ingeniero eléctrico Joseph Ramos es hijo de padres puerorriqueños, pero nació en Filadelfia, Estados Unidos. Vivió en La Habana, Cuba. Llegó a Chile en 1968 y hoy es profesor titular del Departamento de Economía de la Universidad de Chile. También estuvo durante 17 años en la Cepal, concluyendo sus últimos años como Director de la División de Desarrollo Productivo y Empresarial.

Ramos recibió la nacionalidad en 2002 y 20 años después dice que es “un gran honor” que el Congreso y el Ejecutivo dictara la ley que lo reconoció como tal “sin tener que renunciar a la mía (norteamericana) por considerar que he aportado a Chile”.

La nacionalidad “significó que pude ser decano de la U. de Chile, que tanto amo y en que tanto trabajé, puesto que por ley de la Administración Pública solo un chileno puede ser decano. Y también me permitió una participación más plena en los asuntos políticos de la nación”.

En 2017, fue el turno del luchador grecorromano Yasmani Acosta. De origen cubano, el deportista ya sumó a su palmarés una medalla de plata panamericana, una medalla de oro sudamericana y una medalla de bronce en el mundial de la especialidad.

Acosta señaló a La Tercera PM que “estoy muy agradecido, poder competir por Chile... (la nacionalidad) me ha dado un sinfín de oportunidades, tanto en el deporte como en la vida. Pero en lo más fundamental, es que le abrí las puertas a otras generaciones, otros migrantes que también han querido competir por Chile. Estoy muy feliz de poder representar al país y que muchas otras personas puede hacer lo mismo”.

Pero así como el Congreso le ha entregado este honor a muchos extranjeros, en otras ocasiones se los ha negado.

Dos casos emblemáticos son los del empresario y ecologista estadounidense Douglas Tompkins y el extenista y entrenador argentino Horacio de La Peña.

El proyecto que le daba la nacionalidad por gracia, de manera póstuma, a Tompkins fue rechazado en 2016. A pesar de tener los votos a favor de la Nueva Mayoría y diputados de la época como Gabriel Boric, Giorgio Jackson y Felipe Kast, la propuesta fue rechazada al no tener el quórum necesario con 34 votos a favor, 12 en contra y 25 abstenciones.

En el caso de De La Peña, el gobierno de la época en 2005 (Ricardo Lagos) impulsó un proyecto luego de las medallas olímpicas obtenida por el equipo de tenis chileno en Atenas. Sin embargo, el Senado rechazó la moción con 23 votos en contra, 13 a favor y dos abstenciones.

El caso del sacerdote irlandés John O’Reilly es aparte: recibió la nacionalidad por gracia en 2008, pero luego se le revocó en 2015. El religioso de los Legionarios de Cristo fue condenado en noviembre de 2014 a 4 años de libertad vigilada, tras ser declarado culpable de abusos reiterados en contra de una menor de edad del Colegio Cumbres.