La eterna postergación de Sergio Jadue: por qué EEUU no quiere condenar al expresidente de la ANFP

Sergio Jadue, expresidente de la ANFP, aplazó la lectura de su sentencia por delitos de corrupción en el FIFAGate para el proximo 29 de octubre.
Sergio Jadue, expresidente de la ANFP. (Foto: Agenciauno)

Este 29 de octubre se iba a conocer la sentencia contra el calerano, involucrado en el FIFAGate, la investigación relativa a los graves actos de corrupción en el fútbol mundial. Sin embargo, la jueza Pamela K. Chen ya tiene en sus manos la petición de la defensa del chileno para postergar la lectura del fallo. La estrategia, finalmente, resulta útil a ambas partes.


El juicio a Sergio Jadue vuelve a aplazarse. Pamela K. Chen, la jueza que debe dictar la sentencia contra el ex presidente de la ANFP, involucrado en el FIFAGate, el caso de corrupción más grave que ha afectado al órgano rector del fútbol mundial, ya tiene en sus manos la petición de Wiliam M. Brodsky, el abogado que está a cargo de la defensa del calerano, para que la audiencia en que se leería la sentencia que le caería al ex timonel del fútbol chileno sea postergada nuevamente. Estaba prevista para el viernes 29. Lo más probable es que, otra vez sea pospuesta. El trámite se realiza por duodécima vez. En todas las anteriores, la justicia norteamericana ha accedido a la petición.

La versión facilista, principalmente por ignorancia en el tema, apunta a que Jadue utiliza a la justicia estadounidense para aplazar su condena. De hecho, es el comentario que predomina en las redes sociales, a modo de un análisis visceral de la diligencia. Sin embargo, desde una lectura más especializada, el proceso es totalmente opuesto. Porque, si bien a la defensa del ex dirigente chileno la postergación le resulta útil, que en el peor de los casos puede conducirlo a la cárcel, las autoridades norteamericanas también están usando a la figura del expresidente de la ANFP, quien ha ejercido como testigo durante la investigación, una colaboración que tampoco es desinteresada. Jadue, en definitiva, aspira a reducir la condena. Las autoridades pueden darle beneficios en virtud de que continúe ayudando a delatar a los principales responsables. Es decir, a quienes actuaron como sus cómplices.

Una relación de conveniencia

“Los fiscales piden los aplazamientos. Quieren que los colaboradores estén disponibles para atestiguar en el próximo juicio. Si dejan que reciban sus penas antes, los condenados no tendrán ningún motivo dar testimonio”, explica el periodista Ken Bensinger autor de Red Card, libro dedicado a profundizar acerca del escándalo, a través de su cuenta en Twitter. Antes, en una entrevista concedida a La Tercera, el reportero y editor de BuzzFeed News había entregado una explicación similar. “Una vez que la jueza entregue la pena, ya la Fiscalía no tiene más palancas con los individuos que hoy están en Estados Unidos. Se van a la cárcel y no hay nada más que se les puede ofrecer a cambio de su colaboración. Si yo fuera Sergio Jadue, una vez recibida mi pena, diría que no quiero saber nada más de la Fiscalía, que no los voy a ayudar más, que no voy a hablar con nadie y no voy a decir nada. Los fiscales saben que es así y por eso demoran que cumpla una sentencia en la cárcel. Será así hasta que realmente ya no sea de utilidad su testimonio”, sostenía en 2019. Dos años después, el escenario no ha cambiado.

Jadue junto a Josep Blatter, durante la visita del expresidente de la FIFA al Consejo de Presidentes de la ANFP, en 2012. (Foto: Agenciauno)

En la misma entrevista, Bensinger aventuraba un destino ineludible para Jadue. “La cárcel espera a Jadue, eso es inevitable. La idea de que el tiempo que pase en Miami le reduce el tiempo en la cárcel no es cierta. Es independiente una cosa de la otra. Por decirlo de alguna manera, hoy Jadue está en el limbo”, sostenía.

Ahora, otra vez consultado por La Tercera, el periodista insiste: “No hay límite. Es hasta que la jueza esté harta de esto”.

En Chile, la percepción es similar. Carlos Gajardo, quien como fiscal formalizó a Jadue por delitos de carácter tributario, coincide con la interpretación. “Me parece bastante claro que mientras la fiscalía no resuelva completamente la situación de otros implicados con mayor responsabilidad que Jadue, accederá a mantenerlo en la actual condición. Desde esa perspectiva creo que se explican los sucesivos aplazamientos del juicio. Claramente, Jadue no es el principal implicado en el caso”, explica a La Tercera. Gajardo añade que el marco jurídico estadounidense torna improbable la determinación del plazo en que, definitivamente, Jadue escuchará su condena. “En Estados Unidos no es predecible este estado de latencia”, sostiene.

“Marionetas de la justicia”

Jadue no es el único dirigente del fútbol mundial al que la justicia estadounidense prefiere, al menos de acuerdo a esta lectura, mantener cercano. De hecho, antes que la del calerano, ya se habían conocido otras postergaciones. Rafael Esquivel, ex presidente de la federación venezolana, escuchará el veredicto el 22 de febrero; Aaron Davidson, ex presidente de Traffic Sports USA, organizadora de competencias como la Copa de Oro y la Concachampions lo oirá el 18 de febrero; el brasileño Fabio Tordin lo hará el 5 de abril y al colombiano Luis Bedoya, también ex presidente de la federación de fútbol de su país, ya se le había concedido la postergación: seis meses a contar del 22 de octubre, el plazo inicial que tenía para conocer el fallo.

En ese contexto, tampoco es descartable que otros de los involucrados en el caso realicen la misma petición. La lista contempla, entre otros a Jeffrey Webb, Roger Huguet, Zorana Danis, Richard Lai, Miguel Trujillo, Alejandro Burzaco y los Daryl y Daryan Warner.

La amplia lista de involucrados le impide a Bensinger establecer la importancia de Jadue en el proceso. “No se sabe su relevancia, pero huelga decir que no es solamente Jadue. Burzaco, Bedoya, Webb, Esquivel, entre otros, están todos en la misma situación. Vemos que, por ejemplo, Jadue no dio testimonio durante el último juicio, pero Burzaco y Bedoya sí. Quizás quiere decir que ellos son más importantes que Jadue. O quizás no”, sostiene. En lo que no vacila es en la conclusión: “Todos son marionetas controladas por la justicia norteamericana”.

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