Sonia Montecino: "Una de las características del feminismo es la diversidad y por ello, la aceptación de distintas estrategias para lograr la igualdad de género"
Antropóloga y Premio Nacional, señala que "uno de sus puntos de convergencia para denominarse feminismo es la noción y convicción de que el logro de la igualdad de género supone una transformación radical en los cimientos de la vida social", cuestión que a su juicio "se trata de un cambio que va más allá de izquierdas o derechas, aunque éstas adopten algunos de los discursos feministas".

El 2013, la antropóloga, Sonia Montecino, recibió el Premio Nacional de Humanidades en reconocimiento a sus investigaciones sobre etnográficas y género. Años atrás, en los 90', fue ella una de las fundadoras del Centro Interdisciplinario de Estudios de Género (Cieg) que depende de la Facultad de Ciencias Sociales de la U. de Chile.
Actualmente Sonia, además doctora de la Universidad de Leidenen (Holanda), se mantiene en esa casa de estudios como profesora titular del departamento de Antropología y como coordinadora del Cieg. En mayo del año pasado, en momentos que la denominada "ola feminista" se había instalado en universidades, Montecino había hecho un llamado a que las tomas fueran escuchadas "principalmente por los hombres".
Hoy, en el Día de la Mujer Trabajadora, la académica -vía correo electrónico- aborda el rol del hombre frente al movimiento feminista, el petitorio que hizo el grupo que convocó a la marcha de hoy, y rebate los argumentos que ha dado el rector Carlos Peña sobre el patrimonio ideológico del feminismo.
¿Cuál es su análisis del momento actual del movimiento feminista chileno? Tomando en cuenta lo que ocurrió el año pasado con las tomas de la denominada "ola feminista", ¿se ha avanzado, se ha retrocedido, se ha estancado?
Hablaría más bien de los movimientos de mujeres y feministas en plural que se han reactivado en la acción pública desde el año pasado. Sin duda hay avances en cuanto a las exigencias de protocolos sobre acoso, pero con una ampliación de las demandas hacia otros ámbitos donde existen desigualdades de género.
El petitorio del colectivo 8M es amplio: se incluye desde "fin a la violencia política, sexual y económica hacia mujeres" hasta el fin de las AFP. ¿Cree que es beneficioso para el movimiento tener demandas que exceden los temas de género?
En rigor nada excede los temas de género pues en todas las esferas de la vida social hay hombres y mujeres y las inequidades, está demostrado, se revierten siempre más en las segundas. El riesgo es más bien el rédito que las demandas puedan tener en sectores políticos específicos que solo utilicen estas banderas y no incorporen profundamente la necesidad de cambios estructurales de género en los modos de concebir el poder y en sus horizontes programáticos.
En los últimos días también ha surgido el debate, a raíz de declaraciones de la ministra de la Mujer en contra de la movilización y huelga sobre la ideología del movimiento. ¿Cree que se puede ser feminista y ser de derecha?
Los feminismos son variados, pero uno de sus puntos de convergencia para denominarse feminismo es la noción y convicción de que el logro de la igualdad de género supone una transformación radical en los cimientos de la vida social, un cambio civilizatorio que pasa por transformaciones profundas en las concepciones simbólicas y en las valoraciones de los sujetos, así como su correlato en las prácticas y en los sistemas de producción y reproducción social, hasta ahora marcados por un división sexual del trabajo doméstico que es la base de las desigualdades. Desde ahí que se trata de un cambio que va más allá de izquierdas o derechas, aunque éstas adopten algunos de los discursos feministas. No se trata, como dijo un columnista -aludiendo a Carlos Peña-, de que un feminismo de derecha se ocupe de la agencia (de cambios concretos) y uno de izquierda (de cambios abstractos y académicos), eso es una visión dualista que no da cuenta de que el feminismo ha sido desde siempre un sistema teórico y político que ha ido cambiando de acuerdo a los avances y retrocesos de su propia agencia y por ello, ha ido incorporando nuevas concepciones y nuevas expresiones de lucha política sin dejar de lado sus argamasas fundamentales. Una de las características del feminismo es precisamente la diversidad y por ello la aceptación y respeto de las distintas estrategias para cimentar el camino a la igualdad de género.
¿Hay pisos mínimos para ser feminista? Por ejemplo, ¿se puede estar en contra del aborto y ser feminista?
Yo creo que nadie está a favor del aborto en sí mismo, sino a favor de que cuando las mujeres lo decidan tengan soberanía sobre ello y no sean juzgadas.Sin duda ese es uno de los postulados de los movimientos feministas históricos y contemporáneos sobre el cual se ha escrito y luchado desde años, sobre todo en América Latina.
¿Pero se puede ser feminista y estar en contra de la despenalización? ¿O es una incoherencia total?
De acuerdo a lo que le dije antes, es contradictorio.
¿Cómo ve las diferencias de aproximación de las distintas generaciones al feminismo?
Hoy día podríamos decir que, a través de un siglo, muchos de los postulados y luchas de los movimientos de mujeres y feministas han permeado la cultura y lo que apreciamos es efecto de ello a nivel global y local. Existen variadas expresiones feministas sean generacionales, étnicas, de clase, entre otras diferencias sociales, que están en el tinglado público. Sin duda las generacionales son las que toman el protagonismo por los efectos de las tomas universitarias; pero, será preciso ver en el tiempo cómo se asientan esos discursos y sus demandas, así como la producción reflexiva que las organiza.
Uno de los debates que se ha dado sobre la marcha de hoy es sobre la participación de los hombres en ella. Algunas dirigentas dicen que es mejor excluirlos de la movilización, mientras que otras dicen que es mejor sumarlos pero que no tengan un rol protagónico. ¿Cuál es su visión del tema?
Precisamente, como hay varios modos de entender y modular las reivindicaciones femeninas, existen sectores que consideran que éstas son solo asuntos de mujeres, así como sus expresiones políticas. Pero, también hay otros que, desde una perspectiva de género, comprenden que el problema no es ser hombre o mujer, sino las construcciones sociales que sobre esas categorías se imponen y por eso lo relevante es compartir y luchar por un cambio en esas construcciones que llevan a la desigualdad y disimiles valoraciones del prestigio y del poder social.
¿Y cuál es el rol que le corresponde a los hombres en este momento?
Ponerse al día con un siglo de luchas feministas.
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