[Test Drive] Triumph Thruxton 900: clásico es amarte…
<p>Mucho más que un modelo específico, la Thruxton es un testimonio imperecedero de la marca que la fabrica. Y lo es porque habla de Triumph Motorcycles mucho más allá del momento Cafe Racer que le da un bautismo inacabable. Claro, porque su trazo estético proviene de la gloriosa medianía del siglo XX, fama que junto […]</p>
Mucho más que un modelo específico, la Thruxton es un testimonio imperecedero de la marca que la fabrica. Y lo es porque habla de Triumph Motorcycles mucho más allá del momento Cafe Racer que le da un bautismo inacabable. Claro, porque su trazo estético proviene de la gloriosa medianía del siglo XX, fama que junto a sus hermanas Bonneville y Scrambler fue empujada por la fuerza cómplice e inmortal de celebridades cuyos nombres traspasaron la frontera del espectáculo para convertirse en etapas de la historia toda: Elvis Presley, Marlon Brando, Anthony Quinn, Steve McQueen…
La Thruxton, esta Thruxton inserta en la modernidad de nuestros días, se nos presenta como una creación sofisticada a la cual hay que saber conquistar y, una vez afirmados dentro de sus afectos, perdonarle detalles, omisiones e imperfecciones que, vaya paradoja, dan forma a un exclusivo encanto.
Tiene dos llaves que a un desprevenido y advenedizo usuario podría plantearle un dilema: ¿Dónde diablos encajan? Una a cada lado de la columna de dirección, una para el contacto, la otra para fijarla en bloqueo. En su relojería casi victoriana sólo podremos ver tacómetro y velocímetro. No hay indicador del combustible ni información de la marcha engranada (su transmisión es manual de cinco velocidades). Sólo una luz verdecita nos ayuda sobre la neutra. ¿Y cómo sé cuánta gasolina de los 14 litros que hace su protagonista estanque me queda? Hay una tapa rosca que debemos girar para cargar o mirar cómo vamos de bencina.
La Thruxton hace gala de su sello esencialista. Y si no, miren en sus vísceras a la vista que habrá dos perillas para apurar el motor y regular el ralentí. No hay pantallas aerodinámicas ni maletas, ni siquiera luz para encender los hazzards (esto me parece un exceso que hay que mejorar).
Su motor es el bicilíndrico de 865 centímetros cúbicos, cuya potencia expresada en casi 70 caballos que, en concomitancia con el par disponible que trabaja satisfactoriamente desde bajas revoluciones, proporciona una entrega muy progresiva, que se siente así, in crescendo, pero que en ningún caso será aplastante o arrolladora. No estoy diciendo que sea una moto lenta, sólo que quienes se imaginen ademanes deportivos, mejor busquen por otro lado. Lo que sí, en carretera hay munición para rebases y aceleraciones con aplomo y seguras (muy útil para adelantar buses o camiones en fracción de segundos).
En la ciudad se mueve bien; lo estrecha que es no debe engañar, porque sus espejos abandonan mucho el eje longitudinal de la moto y si vamos pasando entre autos o saliendo desde una pasada enjuta, podemos tocar un espejo ajeno u otra estructura.
Otra de las cuestiones que debemos tener en cuenta es su radio de giro, que no es muy generoso, y eso nos obliga a movernos con cautela en espacios reducidos y en intención de giro al máximo.
El embrague no cansa y los cambios pasan con eficacia, aunque las pisaderas están un poco hacia atrás y uno queda en una postura algo oblicua, lo cual me pareció divertido, porque muchas veces me eché sobre el estanque, adoptando una postura de manejo más cercana a la escuela deportiva que a la Cafe Racer que es donde viene esta máquina de 230 kilos (exacto: no es liviana, pero tampoco una obesa).
Como no hay protección aerodinámica, el viento a alta velocidad y mucho rato pudiese hacernos pedir un recreo, dos y hasta tres si vamos a un viaje de mediana distancia (400 kilómetros, un Santiago-Chillán, por ejemplo).
El mullido del asiento me parece que puede mejorar y ser más blando, al tiempo que el motor, en los tacos de ciudad, despide buena dosis de calor. En estos días fríos, es un plus que se agradece. ¿Verano? Problema.
¿Ven? He descrito una moto clásica, metida en los valores y la historia de la marca, que enamoró a enamoradores, pero que suma una serie de aspectos mejorables. Sin embargo, al cabo de tres días, uno -yo al menos- perdona todo eso a cambio de la fascinación de ir por la ruta en una moto tan tremendamente honesta, bella y con carácter muy sui géneris.
Ficha técnica Triumph Thruxton 900
» Motor: 865 cc (2 cilindros paralelos)
» Transmisión: MT 5 vel.
» Potencia: 69 Hp a 7.400 rpm
» Torque: 68 Nm a 5.800 rpm
» 0-100 km/h: 5,3 segundos
» Consumo: 15.7 km/l
» Neumático delantero: 100/90 R18
» Neumático trasero: 130/80 R17
» Precio: $ 8.490.000
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