Netanyahu: Ataque en Rafah fue un “trágico error”

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se dirige a una reunión conjunta del Congreso de Estados Unidos en el Capitolio de Washington, el 3 de marzo de 2015. Foto: Reuters

En medio de la condena de gran parte de la comunidad internacional, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, aseguró que el letal bombardeo que impactó un campamento de personas internamente desplazadas en Rafah, en el extremo sur de Gaza, fue un "trágico error" y prometió una investigación.


Al amanecer, este lunes 27 de mayo, sobre el campamento de desplazados en el barrio de Tel Al-Sultan, en el oeste de Rafah, aún salía humo tras las llamas causadas por el bombardeo israelí que golpeó la zona horas antes.

Al menos 45 personas murieron, la gran mayoría mujeres, niños y adultos mayores, según la última actualización del Ministerio de Salud local, que alertó que la cifra de víctimas mortales podría aumentar conforme se rescaten cuerpos de los escombros. Además, algunos de los heridos enfrentan graves quemaduras.

En las últimas horas, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, aseguró que el asalto no tenía como objetivo causar víctimas civiles y sostuvo que el hecho está siendo investigado. Fue un “trágico error”, aseguró.

“En Rafah, ya evacuamos alrededor de un millón de residentes no combatientes y, a pesar de nuestro máximo esfuerzo para no dañar a los no combatientes, desafortunadamente algo salió trágicamente mal (...) Estamos investigando el incidente y sacaremos conclusiones, porque esa es nuestra política”, señaló Netanyahu en un discurso ante el Parlamento, que fue interrumpido por gritos de los legisladores de la oposición.

Ataque a campo de refugiados en Rafah, el 26 de mayo de 2024.

Sentado entre los cuerpos de sus familiares, a la espera de poder ser enterrados, Aben Mohammed Al-Attar, uno de los miles de palestinos internamente desplazados en medio de las hostilidades en curso en Gaza, aseguró a la agencia de noticias Reuters que el Ejército israelí mintió al afirmar que el oeste de Rafah sería una “zona segura”.

Y es que el ataque se produjo en un área de refugio, que había sido designado por las tropas israelíes como segura, después de que en las últimas semanas los militares hicieran nuevos llamados de “evacuación”, calificados por la ONU como desplazamiento forzado.

“El Ejército miente. No hay seguridad en Gaza. No hay seguridad, ni para un niño, ni para un adulto mayor o una mujer (...) ¿Qué hicieron para merecerlo? Ahora sus hijos son huérfanos”, cuestionó Al-Attar, al lamentar la muerte de su hermano y su cuñada.

Este lunes,  la abogada general del Ejército de Israel, Yifat Tomer Yerushalmi, declaró que el incidente era “muy grave” y aseguró que “las Fuerzas de Defensa israelíes lamentan que no-combatientes hayan resultado heridos durante la guerra”.

Niños palestinos observan los daños mientras buscan comida entre escombros quemados en el lugar de un ataque israelí en un área designada para personas desplazadas, en Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, el 27 de mayo de 2024. Foto: Reuters

Desde la Knesset, el Parlamento israelí, el primer ministro Benjamin Netanyahu declaró el lunes por la tarde que “pese a nuestro máximo esfuerzo por no herir a los no-combatientes, algo, desafortunadamente, salió trágicamente mal”, entre abucheos de la oposición.

“Estamos investigando el incidente y alcanzaremos conclusiones, porque esa es nuestra política”, afirmó el mandatario.

El coordinador especial de la ONU para el proceso de paz en Medio Oriente Tor Wennesland, reaccionó al bombardeo pidiendo en un comunicado a las autoridades israelíes que “hagan rendir cuentas a los responsables de cualquier fechoría y tomen medidas inmediatas para proteger mejor a los civiles”.

Una persona se encuentra cerca de los cuerpos de los palestinos muertos en un ataque israelí contra una zona designada para personas desplazadas, durante su funeral en Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, el 27 de mayo de 2024. Foto: Reuters

Rafah, hacia donde se habían desplazado cerca de la mitad de la población de 2.3 millones de gazatíes, en casi ocho meses de guerra, era considerado el último lugar relativamente seguro del enclave hasta que Israel-pese a repetidas advertencias de la comunidad internacional sobre las posibles catastróficas consecuencias humanitarias- inició una incursión militar terrestre el pasado 6 de mayo.

Desde entonces, al menos 800.000 palestinos que estaban en Rafah han vuelto a desplazarse, huyendo hacia zonas designadas como “seguras” por el Ejército israelí. Entre ellas el oeste de Rafah, ya que la incursión se iba a centrar en el este.

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