Científicos encuentran vida en una de las fosas marinas más profundas de la Tierra
De acuerdo a los expertos, pese a la alta presión del lugar, los sedimentos de la fosa contienen casi 10 veces más bacterias que las zonas con menos profundidad.

Un equipo internacional ha anunciado los primeros resultados de uno de los lugares más inaccesibles del mundo.
El fondo de la fosa de Mariana está localizado a 11 kilómetros de profundidad bajo el nivel del mar, lo que lo convierte en uno de los lugares más profundos de la Tierra.
De acuerdo al equipo que investigó el lugar, el área tiene una gran comunidad activa de bacterias prosperando en la fosa, pese a que es un ambiente de presión extrema casi 1100 veces más alta de la que se encuentra a nivel del mar.
Los sedimentos encontrados arrojaron casi 10 veces más bacterias que los sedimentos que rodean el abismo, en donde hay aguas menos profundas a 5 o 6 kilómetros.
"Las fosas del mar profundo actúan como puntos calientes para la actividad microbiana, ya que reciben un alto flujo de material orgánico compuesto de animales muertos, algas y otros microbios provenientes de los alrededores poco profundos" señaló Ronnie Glud, profesor de Centro Nórdico de la Evolución de la Tierra en la Universidad del Dinamarca del Sur. "Es probable que este material se desplazara de los lugares poco profundos durante terremotos, los que son comunes en el área. Por tanto, aunque el área de agua profunda como la fosa de Mariana solo tenga un 2% del área de Océano Mundial, tiene un impacto relativamente grande en el balance de carbón marino, y por tanto, en el ciclo de carbón global".
De acuerdo a Glud, uno de los métodos principales de investigación para el estudio fue medir la distribución de oxígeno en los sedimentos de la fosa, y cómo se relaciona a los microbios de los sedimentos. Para esto, utilizaron un robot de 4 metros de alto y de 600 kilogramos de peso.
La expedición original a la fosa Mariana se llevó a cabo el 2010. El equipo ahora tiene planificado enviar el robot a 10.8 kilómetros de profundidad en la fosa deTonga-Kermadec cerca de Fiji en el Pacífico. Según el experto, las fosas marinas profundas son los últimos lugares sin estudiar en el mundo y se desconoce su impacto en el ciclo del carbón y en la regulación del clima.
"La información de múltiples fosas nos permitirá saber cómo son las condiciones generales a profundidad extremas, y también condiciones específicas para cada fosa particular, las cuales puedes experimentar diferentes regimenes de deposiciones. Esto contribuirá a nuestro entendimiento general de la Tierra y su desarrollo" concluyó Glud.
El estudio fue publicado en la revista Nature Geoscience.
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