Cómo evitar los calambres producidos por el calor
Hidratarse antes, durante y después de la actividad física ayudará a devolver el líquido que se pierde en la sudoración.

El aumento de las temperaturas en verano cambia la forma en que se practica deporte, ya que el organismo necesita adaptarse a los cambios ambientales.
Y uno de los problemas más recurrentes en verano son los calambres producidos por el calor. Los calambres son una contractura involuntaria del músculo que indican que el músculo no está bien, por lo que se debe parar la actividad, o si no puede venir una lesión. Y normalmente ocurren por una falta agua o sales.
Las elevadas temperaturas y la falta de adaptación del cuerpo a ellas, provocan calambres que generan espasmo y un dolor muy fuerte en los músculos de los brazos, las piernas o el abdomen.
A lo que se suma la transpiración, lo que hace muy difícil el ejercicio que se realiza y, por supuesto, empeora el rendimiento.
La principal causa de estos calambres es la falta de ajuste del cuerpo al aumento de temperatura, la gran pérdida de agua producida por la excesiva transpiración y una disminución de los niveles de electrolitos en la sangre.
CONSEJOS
Lo primero que se debe hacer para evitar estos calambres, es mantener el cuerpo bien hidratado, por lo que la ingesta adecuada de agua puede reemplazar de alguna manera la pérdida de líquidos por el sudor.
Especialistas recomiendan tomar aproximadamente medio litro de agua antes del ejercicio. Durante la actividad física también hay que beber líquidos, e incluso cuando se finaliza el entrenamiento, para sustituir el agua perdida.
Además, se debe contar con el equipamiento adecuado para enfrentar una actividad intensa, especialmente cuando hace mucho calor. Optar por ropa liviana y clara si se realizarán ejercicios al aire libre. Específicamente, las prendas hechas de fibras naturales como el algodón dejan respirar a la piel.
Otro consejo es evitar consumir alcohol, café, bebidas gaseosas o con cafeína para reemplazar los líquidos perdidos en la sudoración, ya que no son adecuados para hidratar y no alcanzan a reponer las sales minerales. Por eso lo mejor es preferir agua o aquellas bebidas no gaseosas hechas para rehidratar el cuerpo.
Aunque si ya se ha sufrido algún calambre producto del calor, lo que se debería hacer es beber abundante líquido, estirar y dar un suave masaje en los músculos afectados y descansar para reponerse del esfuerzo, ojala en un lugar fresco, aplicando hielo en la zona acalambrada para bajar el calor.
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