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Cómo lidiar con los "problemas perpetuos" en el matrimonio

<img style="padding-bottom: 0px; margin: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px" alt="" width="81" height="13" src="https://static-latercera-qa.s3.amazonaws.com/wp-content/uploads/sites/7/200910/550385.jpg" /> El 70% de los conflictos en la pareja es para siempre, dicen los sicólogos, porque se originan en diferencias fundamentales de personalidad y necesidades. Pese a ello, las parejas felices son precisamente las que han aprendido a administrarlos.

"El matrimonio es intentar solucionar entre dos los problemas que nunca hubieran surgido al estar solo", ironizó en una ocasión el comediante estadounidense Eddy Cantor. Sin embargo -y fuera de broma-, los sicólogos matrimoniales han concluido que un 70% de los problemas que tienen las parejas son "perpetuos". Así de simple. Así de radical. Conflictos  que siempre han estado y siempre estarán, pero el éxito de un matrimonio radica, precisamente, en quienes saben enfrentarlos y administrarlos.

El sicólogo estadounidense John Gottman -un tótem en el mundo intelectual y fundador del Love Lab (Laboratorio del amor) de la Universidad de Washington- es el padre de la teoría. Después de estudiar durante 30 años a más de 600 parejas, Gottman concluyó que en los matrimonios existen problemas solucionables -un 30% de ellos- que normalmente son por acontecimientos concretos,  y el otro 70%, perpetuos, porque involucran la forma de ser de la pareja.

En su libro "Marriage Clinic", el sicólogo detalla que usualmente estos conflictos ad eternum se originan por diferencias  fundamentales en la personalidad y necesidades de cada uno. El odia el desorden, ella es un desastre; ella quiere tener hijos, a él no le gustan los niños; él es ambicioso y quiere construir una carrera, ella privilegia la vida quieta y familiar; ella es expresiva emocionalmente y él no. Cada vez que abordan estos temas, el 96% de los argumentos que ambos esgrimen son los mismos, tanto al inicio como al final de la discusión.

"No hay que gastar tiempo en encontrar solución a estos problemas", ha dicho Gottman, "porque no los tienen". Ni la personalidad ni las necesidades más profundas del individuo van a cambiar. Pero Gottman también agrega: no es necesario resolver estos conflictos para tener un matrimonio feliz.

SABER ADMINISTRARLOS
En sus investigaciones, el sicólogo detectó y monitoreó con especial atención a las llamadas "parejas maestras": aquellas que, pese a sus innumerables diferencias, eran extraordinariamente felices.  Todas compartían una serie de características,  pero en el tema de resolución de conflicto habían aprendido a evitar que éstos se entramparan.

Y es que, según Gottman, cerca del 16% de estos problemas  perpetuos se entrapan, con las siguientes características: la pareja habla constantemente de lo mismo, pero no logra avanzar, ninguno está dispuesto a ceder en su posición, en las discusiones se menosprecia al otro y éstas provocan dolor y frustración, haciendo que uno o los dos, sientan que su pareja los rechaza.

El primer paso para salir de este círculo vicioso, dicen los sicólogos, es  establecer un diálogo, donde se ponga especial énfasis en detectar qué sueños individuales o deseos del otro -y que probablemente no han sido conversados-  gatillan esa actitud o decisión de vida.  El segundo paso es comprender que sólo honrando los sueños de la pareja, por disímiles que sean a los de uno, podrá iniciarse un entendimiento.  Un tercer elemento es relacionarse en esta travesía con una buena cuota de sentido del humor.

Lo más probable es que este cambio sólo sea posible si ambos están interesados en modificar las cosas. "Raramente uno de ellos será capaz de iniciar, unilateralmente, el cambio", ha dicho Gottman. Según el  sicólogo Dan Wile, nunca hay que perder de vista que "cuando uno escoge una pareja para casarse, también está escogiendo un completo set de problemas y dificultades que hay que trabajar".

Dos clave políticamente incorrectas

Dos conclusiones de las investigaciones matrimoniales de John Gottman difieren radicalmente de las teorías de muchos de sus colegas. Estas son:

Nunca prometas mucho: A veces, los compromisos que toma la pareja -y que parecen ser una solución al conflicto- se convierten en un nuevo problema. "Si uno de ellos renuncia a sus ideales, está renunciando a algo verdaderamente esencial. Por eso, uno de los secretos para abordar los problemas perpetuos es darse cuenta de que a veces existen razones por la cuales las personas no pueden comprometerse a cambiar", ha explicado Gottman.

Obtendrás el estándar que pidas: Contradiciendo a los terapeutas de pareja, que sostienen que el excesivo romanticismo sólo daña al matrimonio, ya que son idealizaciones alejadas de la realidad, Gottman postula todo lo contrario. Para ello se basó en una investigación realizada por el sicólogo Don Baucom, quien se preguntó si serían los altos estándares los responsables de tanta infelicidad en la pareja. Su tesis era que quienes tenían más bajas expectativas podían ser más felices, pero encontró todo lo contrario. "Los que verdaderamente buscan romance y pasión tienen mayores posibilidades de ser felices, y quienes tienen bajos estándares obtendrán eso", concluye Gottman.

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