Histórico

Darío Salas: el liceo capitalino donde se forjan los nuevos "pingüinos" rebeldes

<p>Fue uno de los primeros en sumarse a la revolución estudiantil de 2006 y ha sido uno de los más duros en las protestas este año.</p>

"Mi colegio es mi segunda casa, están mis compañeros, la gente con la que convivo la mitad de mi vida", dijo convencida Música Sepúlveda Cavieres (14), luego de lanzar un litro de agua de un jarrón sobre la ministra de Educación, Mónica Jiménez. La adolescente respondió así a la posibilidad de que cancelen su matrícula en el Darío Salas, liceo donde llegó en 2007, cursa primero medio y ha participado en paros, "tomas" y protestas contra del proyecto de Ley General de Educación (LGE).

Si bien se sumó en 2006 y sólo con 11 años a las protestas de la denominada "revolución pingüina", donde ha tenido una mayor participación es en el Darío Salas, considerado por los jóvenes un colegio duro.

Hans González fue presidente del Centro de Alumnos entre 2006 y 2007 y dice que aunque el episodio del jarrón ha logrado notoriedad, el liceo tiene una tradición política larga. Cuenta que sólo una semana después de que el Liceo de Aplicación, el Confederación Suiza y el Instituto Nacional iniciaran las "tomas" de 2006, ellos se sumaron.

Explica que, en este marco (en que llegaron a tener 300 alumnos dentro de la "toma"), tuvo una connotación especial el procesamiento en mayo de 2006 del general (R) Augusto Pinochet por la desaparición en 1974 del ex profesor de música del liceo, Arturo Barría.

Su "cuartel" era la sala del Centro de Alumnos, que en 2007 comenzó a ser frecuentada por una estudiante de octavo, que quería participar en todo. "Le decíamos: 'No salgas a la marcha, porque los niños chicos no van (...) Pero era inevitable", dice González recordando a Música.

LA NUEVA GENERACIÓN
Los alumnos del Darío Salas coinciden en que en el patio pueden observarse gran parte de las tribus actuales: hay pokemones, flaites, emos y skinheads antifascistas.

En términos políticos, el único partido que tiene una ligera presencia es el PC. En las protestas se caracterizan por la masividad y por gritos de guerra como: "¿Por qué el Darío es la volá más loca? ¡El que no salta explota!".

También (aunque eviten decirlo en público) por el uso de bombas de ruido, fabricadas en botellas de bebida "mini".

Según datos de la municipalidad de Santiago, hay 1.576 alumnos, de los cuales un 13,4% es de la comuna de Santiago. También hay de zonas más lejanas, como Pudahuel y Puente Alto. El director del plantel, Julio García, dice que esta lejanía deriva en "poca participación de los padres en la educación de sus hijos".

Este no es su único problema. También está la asamblea que organiza las "tomas" (que no son del Centro de Alumnos) y que él califica de "anárquicos". Son un grupo "reducido, pero tiene grandes condiciones de liderazgo. No son más de 30 o 40". dice.

Nicolás Ahumada es vocero de los estudiantes movilizados este año. Dice que dos tercios de los 45 cursos votaron (a mano alzada) ir a "toma". Cuenta que "en toda su historia ha sido un liceo combativo, que va a la lucha. Siempre se ha visto como un establecimiento de clase social baja".

Entonces para las "tomas" se organizaron para vigilar y comer e, incluso, fueron acusados de saquear provisiones del liceo. A diferencia de 2006, eso sí, no instauraron una sala para citas sentimentales.

Explica que para él -que vive en Renca con un papá trabajador mecánico que votó por Vicky Barahona (UDI) para alcaldesa y una mamá que votó nulo- ha sido "frustrante" ver a compañeros que no tienen, por ejemplo, para recargar su pase escolar. Para él, la LGE es sólo un ejemplo.

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