De loco incomprendido a maestro: 100 años de Valenzuela Puelma
Poco valorado en su época, el pintor muerto en 1909 es hoy uno de los más importantes exponentes de la pintura clásica chilena.
Alfredo Valenzuela Puelma (1856-1909) nunca se sintió a gusto en Chile. En Europa alababan sus cuadros y lo invitaban a los salones de París, pero acá apenas lo podían ver.
El porteño que había ingresado a los 13 años a la Academia de Bellas Artes, de vestimenta exuberante, comportamiento impredecible y ciega confianza en su talento, sacaba de quicio a la sociedad santiaguina.
Mientras que la obra de Valenzuela Puelma era constantemente criticada por su osadía y hasta indecencia, la de su rival Pedro Lira se convertía en sinónimo del buen gusto.
No ayudó que fuera balmacedista y además anticlerical, y que, con los años, empezara a ser aquejado por delirios y ataques de agresividad.
Moriría solo, en Francia, internado en un hospital psiquiátrico. Cien años después, es considerado uno de los maestros de la pintura local. Una exposición del Centro Cultural Las Condes, Valenzuela Puelma al desnudo, recorre la vida y obra del pintor que desató el escándalo al introducir los desnudos al arte local.
Pese a la resistencia inicial, "su obra ha sido capaz de perdurar en el tiempo", dice Milan Ivelic, director del Museo de Bellas Artes. De esa colección, de la Pinacoteca de la U. de Concepción y de colecciones privadas, surgieron las más de 50 obras que se exhiben del 7 de mayo al 7 de junio.
"Su obra es de excelencia, tiene una técnica muy depurada y le dio, además, mucha importancia a la figura humana. Esa minuciosidad lo diferenció de otros pintores", agrega Ivelic.
En 1984, siendo administrador del Teatro Municipal de la Victoria, en Valparaíso, organizó el primer salón de pintura de la ciudad. Si en Santiago lo marginaban, entonces en el puerto él mismo se incluiría.
Participó en el concurso con La perla del mercader; su rival Pedro Lira ingresó con Sísifo. Esa vez, el jurado votó a favor de Valenzuela Puelma. Fue uno de sus mayores triunfos.
La anécdota es recordada por Voluspa Jarpa, una de las artistas contemporáneas que recoge la importancia de Valenzuela Puelma hoy. "Es el primer pintor decimonónico que plantea la problemática del artista profesional", afirma.
"Tenía una inquietud autoral que no calzaba ni con los intereses afrancesados de la alta sociedad, ni con la imagen republicana que le interesaba al Estado". En su opinión, fue un artista incomprendido, pero cuyo legado fue más claro que el de sus pares.
"Influyó, por ejemplo, en el trabajo de la generación de 1913. Las obras de Valenzuela Puelma tienen un lenguaje mucho más complejo, son inquietantes e incómodas".
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