Histórico

Del Pacífico al cine: hablan los directores de Moana, la nueva cinta de Disney

John Musker y Ron Clements cuentan a La Tercera de su ambiciosa nueva película.

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El centro de operaciones de los estudios Disney ha estado ubicado en el barrio de Burbank, a las afueras de Los Angeles, por casi 80 años. Rara vez en ese tiempo se ha abierto al público. Y aun así, el sello de su creador se encuentra en cada rincón; parece un parque de diversiones en donde abunda el colorido. Pasada la icónica firma de Walt Disney en el arco de entrada, se ve un edificio cuyos enormes pilares están tallados en la forma de los siete enanitos -Blancanieves fue la cinta que permitió construir el estudio en un primer lugar-. Al fondo se vislumbra el sombrero de la película Fantasía en versión gigante, y al medio del patio principal, una estatua del fundador de la compañía de la mano de Mickey Mouse.

Pero, durante la visita de La Tercera al lugar hace pocos meses, los últimos detalles de la más reciente película de la compañía, Moana, no se estaban terminando allí, sino en otro complejo ubicado en Tujunga, en North Hollywood, debido a reparaciones en la base de Burbank. No por eso el colorido disminuye: desde exhibiciones de cultura hawaiana hasta gigantografías de los personajes adornan el lugar.

Moana -que se estrena el jueves en Chile, pero que desde hoy tiene un preestreno limitado en las cadenas del país- es un ambicioso proyecto que tomó cinco años de trabajo para ver la luz. Centrada en mitos de las islas polinésicas, sus realizadores se propusieron no sólo realizar una extensa investigación en terreno para ser respetuosos con su material base, sino que además subir el estándar técnico de las películas animadas y, de paso, crear una heroína diferente.

"Quisimos que fuera una historia de empoderamiento femenino. No hay nada de romance en la trama, y eso era algo nuevo para nosotros", dice el co-director John Musker, nombre veterano de Disney junto a su colega Ron Clements han dirigido Policías y ratones (1986), La Sirenita (1989), Aladino (1992), Hércules (1997), El planeta del tesoro (2002) y La Princesa y el Sapo (2009). Esta historia marcó su primera película de animación por computadora. "Estas películas CGI toman mucho tiempo en tomar forma, porque todo tiene que ser construido tridimensionalmente, desde los sets hasta los personajes. Pero llega un momento en que todo encaja en su lugar y es asombroso ver cómo pasa", dice Clements, a lo que su compañero agrega: "Cuando las imágenes ya estaban listas, uno quedaba boquiabierto. Era como: '¿Realmente tenemos todo eso?'. Fue divertido ver como todo terminó tomando forma".

La película musical -con canciones de Lin-Manuel Miranda (Hamilton)-, cuya historia se desarrolla hace dos milenios, sigue a una adolescente hija del jefe de la isla (ficticia) Motunui en la Polinesia. Durante siglos, los habitantes del lugar han tenido prohibido alejarse mucho en el mar, por razones que nadie parece cuestionar, excepto la joven, que siempre se ha sentido atraída hacia el océano. Cuando descubre que todo es producto de una antigua maldición, de la cual es responsable el semidios Maui, decide emprender un viaje para encontrarlo y salvar a su aldea.

Los directores, guionistas, productores y animadores realizaron un viaje en conjunto a las islas del Pacífico sur, como Samoa, Tahití, Fiji y más, para estudiar en persona la cultura y tradiciones del lugar. En los años subsiguientes que se necesitaron para completar la cinta, se reclutó a un conjunto de expertos, entre antropólogos, lingüistas, bailarines y otros, que formaron parte del llamado Oceanic Story Trust, conjunto que asesoró permanentemente a la producción.

"Cuando nos comenzamos a adentrar en los lugares, nos llamó de inmediato la atención datos como que fueron los navegantes más grandes de la historia, y la belleza de la cultura. Tienen una historia que la mayoría del mundo no conoce, y era la oportunidad de compartirla", dice Musker, a lo que Clements complementa: "Ese viaje nos cambió la vida. Aprendimos mucho, nos llenamos de distintas perspectivas y espero que la gente pueda ver todo lo que vivimos a través de esta película".

La elección del reparto vocal (en inglés) también se preocupó de ser de acorde a la historia. Dwayne "La Roca" Johnson, de ascendencia samoana, hace -y canta sorprendentemente bien- la voz de Maui, mientras que la desconocida Auli'i Cravalho, de Hawai, se apropia de Moana. La joven fue seleccionada cuando tenía 14 años tras un casting de cientos de adolescentes y niñas a lo largo del Pacífico.

Si bien Maui tiene la voz más conocida, poderes sobrehumanos y una forma imponente, la verdadera estrella de la historia nunca deja de ser el personaje homónimo del título. "Por eso no hicimos una película romántica; para que todo estuviera centrado en ella. En si ella tiene el carácter para salvar su mundo, de superar todos estos obstáculos. Y fue un buen desafío crear a alguien que tiene muchas capacidades, pero que también tiene fallas. No es Supergirl, no es perfecta, pero tiene mucha determinación, y sentido del humor. Toda la gente, desde los animadores hasta el departamento de arte trabajaron para hacerla realmente única", dice Musker. "Y más encima, tiene un gran cabello", cierra Clements sonriendo.

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