Domingo Cavallo: "Lamentablemente hay una similitud entre Argentina y Venezuela"
El ex ministro de Economía argentino, bajo cuyo mandato se privatizó YPF a comienzos de los 90, critica la expropiación de Repsol, y prevé que este hecho, sumado al resto de cuestionables medidas que ha tomado Cristina Fernández, le costarán la presidencia en 2015. <br>
En el ojo del huracán estuvo Argentina esta semana, tras la decisión del gobierno trasandino de expropiarle a la española Repsol su participación en YPF.
Un testigo privilegiado de este hecho es el ex ministro de Economía de ese país -en dos períodos, con Carlos Menem y Fernando de la Rúa-, Domingo Cavallo (65 años), quien en 1993 estuvo precisamente a la cabeza de la privatización de la petrolera argentina.
Hoy, Cavallo, dedicado a la academia y a las asesorías, reparte su tiempo entre Buenos Aires y EEUU, donde imparte clases en la Universidad de Yale.
De juicio sereno pero definitivo, Cavallo critica lo obrado por la Presidenta Cristina Fernández, analiza los costos que esta medida le significará a Argentina y reconoce que "muchas de las decisiones políticas y económicas" de los últimos dos gobiernos "se parecen mucho a las que tomó Venezuela".
Aun así, todavía ve esperanza de un futuro mejor para Argentina, porque cree que el país "va a cambiar drásticamente de rumbo en 2015".
¿Cómo debe entenderse esta expropiación de YPF por parte del gobierno argentino?
Es muy difícil entender la lógica de esta expropiación, porque en realidad los recursos del subsuelo fueron federalizados y pertenecen a las provincias que son las que dan las concesiones a las empresas que extraen el petróleo y el gas, e YPF es una de ellas. Hay muchas otras que tienen concesiones. Así que expropiar el 51% del paquete accionario de una de las empresas y presentarlo como una recuperación de la soberanía petrolera es un engaño. Es muy difícil entender cuál es el objetivo último del gobierno con esta expropiación.
¿Qué ve en el trasfondo de la medida entonces?
Pareciera que el principal objetivo es hacerle creer a la gente que de esta forma se recupera una soberanía que supuestamente se había perdido, pero en realidad Argentina nunca dejó de tener soberanía sobre los recursos hidrocarboríferos. Lo que no hubo desde el año 2002 en adelante es inversión suficiente, pero esa inversión no se produjo por la política de precios que ha aplicado el gobierno y si no modifica esa política de precios, seguramente no va a encontrar quién financie las nuevas inversiones, máxime cuando ahora la inversión directa, tanto nacional como extranjera, va a temer que pueda terminar con la misma suerte que la experiencia de Repsol.
En ese sentido, la actual situación energética de Argentina no tiene que ver con la propiedad privada de YPF y con Repsol en específico…
Sin duda. Ya en 2003-2004 el gobierno limitó la exportación de gas a Chile. Como congeló el precio del gas en el mercado interno y empezó a declinar la producción y aumentó mucho el consumo interno, la primera medida que el gobierno adoptó fue limitar el que Argentina siguiera exportando gas. Después se tuvo que aumentar fuerte la importación de gas de Bolivia y últimamente ha tenido que importar mucho gas licuado, sin tener las facilidades de regasificación, con lo cual ha tenido que utilizar unos barcos regasificadores muy costosos. Mientras que a los productores de gas en Argentina se les pagaba un dólar por millón de BTU, por el gas importado de Bolivia se pagaba US$ 5 o US$ 6 el millón de BTU, y el gas licuado importado a través de esos buques que hacen toda la operación terminaba costando US$ 12 o US$ 15 el millón de BTU. Así que obviamente que el problema se deriva de la política de precios.
Pero el gobierno acusa a YPF de no invertir porque tuvo una política de reparto casi total de las utilidades.
Nuevamente en este aspecto es muy difícil entender qué pasa por la mente de la Presidenta y de sus principales asesores. Se trata de una crítica a lo que el mismo gobierno le propuso a Repsol y a YPF. A instancias del gobierno (en 2008) Repsol le vendió una parte del paquete accionario de YPF a la familia Eskenazi, a pagar con los propios dividendos distribuidos de la empresa. Además, entiendo que YPF siguió invirtiendo, pero para ello se tuvo que endeudar.
¿Qué le espera a YPF en este nuevo escenario?
Antes se había producido una expropiación parecida con respecto a Aerolíneas Argentinas y a la empresa de aguas AySA (Agua y Saneamientos Argentinos) que estaba en poder de Suez. Todas estas empresas que se estatizaron, incluida la que fue creada para el sector de energía, Enarsa, han estado recibiendo subsidios del Estado del orden de US$ 20.000 millones acumulados en los últimos cuatro a cinco años. Esos subsidios son para financiar sus pérdidas, por lo que habrá que ver qué pasa con YPF. Ojalá no ocurra lo de las décadas del 70 y 80, en que siendo estatal YPF era prácticamente la única empresa petrolera en el mundo que perdía miles de millones de dólares al año. Por ineficiencia, porque estaba muy mal manejada, pero también por las políticas que el gobierno imponía y que la obligaban a vender los combustibles muy por debajo del precio del mercado.
¿Cree que el gobierno podrá conseguir un socio para la empresa que ayude con las inversiones?
Se dice que a lo mejor consigue que algunas empresas petroleras o incluso unas empresas chinas vengan y pongan el dinero, pero las condiciones que les van a tener que ofrecer deberán ser mucho más favorables que las que tenía Repsol. No le veo ninguna ganancia desde el punto de vista económico y tampoco para mejorar la situación social de Argentina. Y la ganancia política es de muy corto plazo, porque pronto la gente se va a dar cuenta de que esto fue un engaño.
Cambio en 2015
Más allá de las represalias que ya ha anunciado España, ¿cuáles serán las consecuencias de esta expropiación para Argentina?
Bueno, esto ubica a Argentina cada vez más marginada y aislada del resto de las naciones y acentúa la imagen crecientemente negativa que el país está proyectando, como consecuencia de las medidas que comenzaron en 2002-2003. Tras la denominada pesificación, también se pesificaron y congelaron los precios de la electricidad, el gas y el petróleo, con lo que todas las empresas que habían invertido en esos sectores se consideraron confiscadas y plantearon sus reclamos ante el Ciadi. Después Argentina empezó a poner impuestos a las exportaciones y trabas. En el caso de la carne, por ejemplo, también prohibió su exportación para mantener bajo el precio en el mercado interno. Eso trajo como consecuencia una liquidación de los stocks ganaderos y hoy el precio de la carne es mucho más caro que en el resto del mundo y no hay suficiente oferta por la desinversión que ha habido en el sector. Ahora hemos visto trabas a las importaciones y por otro lado el gobierno implementó fuertes restricciones a la venta de dólares para transferir dividendos, repatriar capital o para transferencias financieras al exterior y licencias previas de importación.
¿Estamos ante una venezuelización de Argentina?
Creo que muchas de las decisiones políticas y económicas que ha ido tomando el gobierno, primero de Néstor Kirchner y ahora de Cristina Kirchner, se parecen mucho a las que tomó Venezuela. Lamentablemente creo que hay una similitud entre Argentina y Venezuela, mientras en el otro lado uno ve que Brasil, Perú, Colombia y México, cada vez tienden a parecerse más a Chile.
¿La pregunta es adónde va a ir a parar Argentina con este conjunto de medidas?
Yo creo que Argentina va a cambiar drásticamente de rumbo en el 2015, porque no puedo imaginar que el gobierno de Cristina Kirchner, con las decisiones que ha venido tomando, y en particular con esta última, vaya a llegar con popularidad y con prueba de éxito a la elección del 2015.
Sin embargo, la gente en Argentina no parece en contra de esta expropiación.
Obviamente que los eslogan nacionalistas en un país como Argentina prenden popularmente. Pero después la gente mira los resultados. Al votar el año pasado todavía la economía aparecía con un gran crecimiento, la inflación era alta, pero el gobierno la había escondido, y como había podido dar aumentos de salarios y muchos subsidios sociales, la gente no sentía tanto el efecto de la inflación. Pero ahora ya la gente está advirtiendo los problemas y en los próximos tres años lo va a hacer mucho más. Por eso creo que en el 2015 vamos a tener un gobierno muy diferente a éste.
Pero de aquí hasta entonces Argentina se va a seguir deteriorando. ¿Hay temor de una crisis mayor?
La situación ya es muy mala: tenemos 25% de inflación y este año el crecimiento del PIB, si es positivo, no va a superar el 3% a 4%, con una gran caída de la inversión. Todo esto, de alguna manera, está atenuado por los términos del intercambio tan favorables que tiene Argentina, pero no veo que con estas políticas la situación económica y social pueda mejorar en los próximos tres años de mandato de Cristina. Sin embargo, creo que a partir del 2015 Argentina va a tener un gobierno diferente y la posibilidad de que se recupere retomando el tipo de políticas que aplicamos en los 90 es alta, porque es un país de muchos recursos naturales y humanos.
Hay gente que piensa que le sale un tanto gratis a Argentina cada vez que toma este tipo de medidas. ¿Es así?
No, no es gratis. Por de pronto Argentina tiene hoy una de las inflaciones más alta del mundo. Segundo, no hay prácticamente inversión extranjera y poca inversión nacional, con lo que no está creciendo la capacidad productiva. Todos estos errores los argentinos ya los estamos pagando.
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