Histórico

Donde comienzan los lagos del sur

De aguas limpias y templadas el lago Lanalhue, al sur del Biobío, da inicio al circuito de lagos de nuestro país. A su alrededor el visitante podrá encontrar una interesante y variada oferta que incluye turismo originario, gastronomía alemana y mapuche y numerosas actividades en torno a la naturaleza.

Vista del lago Lanalhue, en el camino entre Contulmo y Cañete.

Si es de los que no les gusta repetirse el plato y prefiere descubrir sitios nuevos cada vez que sale de vacaciones, tome nota. Es probable que no conozca uno de los íconos turísticos de la Región del Biobío, casi en su límite con La Araucanía, pero que prácticamente es desconocido para el resto de Chile: el lago Lanalhue y sus alrededores, Contulmo y el Valle de Elicura. Un sitio de enorme belleza que poco tiene que envidiarle los lagos más australes, pero que a diferencia de la mayoría de ellos no se emplaza en la cordillera de los Andes sino en la de la Costa, específicamente en el sector de Nahuelbuta, muy cerca del mar.

El lago Lanalhue se encuentra a 150 kilómetros al sur de Concepción y a unos siete de Contulmo. Durante el verano toda su ribera se convierte en balneario familiar y en un sitio para practicar diversos deportes náuticos, como windsurf, esquí acuático y kayak, rodeado de bosques nativos y mucha vegetación.

Acercarse a la naturaleza

Aunque la costa del Biobío está llena de grandes extensiones de plantaciones forestales de pino y eucaliptus, aún hay sectores donde se puede disfrutar de su vegetación autóctona. Son pequeñas joyas de conservación, como las 82 hectáreas del Monumento Natural Contulmo, ubicado a sólo seis km de este poblado, en plena cordillera de Nahuelbuta. En este lugar hay senderos aptos para toda la familia, donde es muy fácil olvidarse de la vida citadina, rodeado de un bosque de laureles, aromos, olivillos, robles y ulmos, 26 especies de helechos y el característico canto del chucao. Es de esos lugares que se disfrutan aún más con lluvia, con ese olor a tierra húmeda, los sonidos del bosque y verdes casi fosforescentes. Es recomendable caminar en silencio y siempre atento porque así es posible encontrarse con pudúes, zorros, monitos del monte, sapitos cuatro ojos y ranitas de Darwin.

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Un sendero en el Monumento Natural Contulmo.

Un sendero en el Monumento Natural Contulmo.[/caption]

También se puede navegar pausadamente por el lago. El Arca Quelén es un moderno catamarán que recorre el lago y permite alejarse de las concurridas playas, para maravillarse de sus aguas y ver, por ejemplo, aves, como algunos de los cientos de cisnes de cuello negro que el 2004 emigraron desde el río Cruces a estas aguas. La embarcación para 40 personas está construida totalmente de madera de laurel y ciprés, con un particular diseño y una cubierta completamente transparente, lo que permite una vista prácticamente en 360 grados. El arca está equipada con un bar, una boutique para la venta de venta de productos locales y artesanía mapuche.

Para aprender más sobre los cisnes del sector, el Hotel Licahue cuenta con una vista privilegiada al lago, catalejos de observación y un centro de interpretación de estas aves con datos como censo de población y una réplica de un nido. Otra opción es el Centro de Aves Rapaces Ñankulafkén, una excelente alternativa para ir con niños, ya que se enfocan en educación ambiental y realizan exhibiciones de aves libres adiestradas de martes a domingo. Los adultos pueden hacer turismo científico, acompañando a los expertos a monitorear a distintas especies de aves rapaces como el aguilucho de cola rojiza, el aguilucho chico, el peuquito, el concón y el halcón peregrino, ayudando a tomar notas y fotografías.

Cultura alemana

Fundado a inicios de 1884 como San Luis de Contulmo por casi 50 familias provenientes de Alemania, el pueblo de Contulmo muestra lo mejor de su legado a los visitantes. Según relatos de fines del siglo XIX, la colonización fue dura, porque eran territorios inexplorados, pantanosos y cubiertos de una espesa vegetación que rodeaba el lago Lanalhue. Los colonos, con el apoyo de los gobiernos chileno y alemán, iniciaron trabajos agrícolas y desarrollaron urbanísticamente la zona.

Hoy, esta localidad -a los pies de la cordillera de Nahuelbuta-, sorprende con su colorida arquitectura y una gastronomía que, para muchos, es bastante desconocida. Es un pueblo pintoresco en el que se siente como si todo se hubiera detenido en algún momento tiempo. Sus casas patrimoniales de madera, casi todas bien conservadas, con lindos balcones y dignas de fotografiar, todavía son habitadas por los descendientes de quienes las construyeron. Destacan la casa Kortwich, que perteneció al primer alcalde del pueblo; la de Eugenio Pfaff, primer profesor de la escuela Alemana; el Hotel Central; las casas Sperberg; Iriarte Carrasco; Wyhmeister y Müller, entre otras.

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Una casa patrimonial en la plaza de Contulmo.

Una casa patrimonial en la plaza de Contulmo.[/caption]

Desde el año 2000 Contulmo celebra cada abril el aniversario de la colonización germana, como una forma de sumarle valor a su historia. Cada fiesta incluye música, recreaciones históricas y una muestra gastronómica llena de kuchenes, tortas, pan blanco e integral, crudos, asado alemán y mermeladas. Pero el resto del año, y especialmente en verano, varios restaurantes tienen en sus cartas platos típicos alemanes, donde destaca la pulpa de cerdo, acompañada de puré de manzana, chucrut y rotkohl.

Una visita imperdible para sentir parte de este legado alemán es al molino Grollmus, que sigue funcionando tal como hace un siglo, cuando fue construido por los colonos y muestra cómo la tecnología aplicada desde 1916 es capaz de seguir operando día a día. Lo hace con un complejo sistema de poleas que mueve la fuerza del agua y que, décadas atrás, permitía entregar electricidad a prácticamente todo Contulmo. Hoy sigue moliendo el trigo y hasta aquí acuden pequeños productores desde diversas localidades. Es posible coordinar una visita por sus instalaciones, un atractivo museo con la historia de la familia Grollmus, su viejo almacén, la sala de generación eléctrica o las salas de carpintería, entre otros espacios.

Culturas originarias en Elicura

El Valle de Elicura se ubica casi al lado del lago Lanalhue, en el camino entre Cañete y Contulmo. Es un fértil y privilegiado rincón habitado por comunidades mapuches, varias de las cuales se han abierto al turismo, instalando diversos alojamientos, restaurantes, tiendas de productos preparados por ellos, artesanías y tejidos. En varios sitios existe la oportunidad de conocer más de su cultura, por ejemplo, observar en directo y hasta participar en la preparación del merkén, su condimento más famoso. Otra alternativa es visitar una ruca, la vivienda ancestral de los mapuches que habitualmente posee al centro un fogón que permanece siempre encendido ya sea para cocinar, ahumar, calentar el agua para el mate y calefaccionar. Actualmente existen varias abiertas especialmente para el turismo, que permiten adentrarse en la vida cotidiana de las personas mapuches.

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Ají seco y ahumado para elaborar merkén.[/caption]

Una buena opción de conocer la cordillera de Nahuelbuta y su rica biodiversidad es hacerlo junto a Manuel Maribur, uno de los principales emprendedores del turismo originario en la zona, quien ofrece una serie de excursiones en las que, siempre, se transmite el aprendizaje de la cosmovisión mapuche, el entender los ciclos de la Ñuke Mapu (Madre Tierra) y su equilibrio, y en los que es posible ver diversos hitos del sector, como el Parque Nacional Nahuelbuta.

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Una de las cabañas de Mapuche Trekan.

Una de las cabañas de Mapuche Trekan.[/caption]

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