Histórico

El casting y los resguardos tras los 34 niños que animarán el programa Junior MasterChef

Los productores Sergio Nakasone y Verónica Ruaro están detrás del espacio que parte este domingo. Niños de entre 8 y 13 años son los concursantes del estelar de cocina que debuta en Canal 13.

Agustina Espinoza vive en La Serena, tiene 8 años y es una de las representantes de la generación más joven de Junior MasterChef, el programa que comienza este  domingo a las 22.30 horas, por Canal 13.

El espacio que conducirá  Diana Bolocco, y que mantiene a los tres chefs, Ennio Carota, Yann Yvin y Christopher Carpentier, congregó a niños de entre 8 y 13 años, y así fue como llegaron también, entre muchos otros,  Vicente González (9), un fanático de Colo Colo que vive en La Florida y que sueña con ser futbolista o relator de fútbol; y Valentina Maldonado, una inquieta y conversadora niña de 8 años que detesta faltar al colegio y que en sus ratos libres hace magia frente a su familia y sus amigas.

Todos ellos fueron algunos de los más de 10 mil niños que postularon para ser parte de la primera temporada del programa de cocina, y donde finalmente quedaron solo 34 elegidos. “El casting comenzó en abril del año pasado, y cerramos el proceso por ahí por octubre. Se inscribieron más de 10 mil niños, y acá al canal, a la entrevista, llegaron tres mil. Llegaron chicos de todos lados”, comenta Verónica Ruaro, la jefa de casting  del área de telerrealidad de la señal, y la misma que participó en el proceso  de selección de las temporadas uno y dos de MasterChef.

Muchos de los postulantes eran de Santiago, pero hubo un número importante de niños de regiones, lo que tuvo muy alegres a todos en el equipo del programa. Sin embargo, a medida que avanzaban las etapas, Ruaro y sus compañeros se dieron cuenta de lo difícil que era para un niño y sus papás viajar tan a menudo a Santiago para tomar clases de cocina y luego grabar los capítulos. Esa fue, quizás, la única complicación. “Llamamos a muchos chicos de regiones, pero no podían venir por clases o por viajes de vacaciones, porque implicaba viajar todas las semanas. Aunque hubo papás que lo quisieron hacer porque era el sueño de sus hijos, como fue el caso de Agustina”, dice Ruaro.

El paso siguiente al casting fueron las clases de cocina, las que se realizaron para que los mini participantes perdieran el miedo al fuego, y para dominar a la perfección los cuchillos y los  distintos implementos eléctricos de tal reducto.

Sergio Nakasone es el productor ejecutivo de Junior MasterChef, y explica que “lo primero era dar con chicos a los que les gustara la cocina, aunque aún no hablen de vocación, porque son muy pequeños. Una vez descubierto eso, les dimos clases de técnicas de cocina, porque muchos de ellos están más ligados a la repostería, por ejemplo. Tuvimos que empezar a funcionar como una escuela, y muy en conjunto con los padres”.

En ese proceso, muchos papás acompañaban a sus hijos en todo momento, y otros, los dejaban en el canal y más tarde pasaban por ellos. El único resguardo que tomó la producción fue que los padres no intervinieran en el estudio, aunque si podían estar muy cerca. Además, se trabajó con psicólogos y psicopedagogos.

Después de todos estos meses, Ruaro y Nakasone coinciden en que hacer este programa ha sido una experiencia completamente nueva, y que compartir con ellos les dejó en evidencia que nunca está tan claro lo que se puede esperar de ellos. “Los niños dicen cosas que los adultos no se atreven. Ellos se atreven a decirles cosas a los chefs sin temor”, asegura Ruaro, y Nakasone agrega: “Los chicos hacen cosas que los adultos no se animan y eso le da mucha riqueza al programa. A los chefs, por ejemplo, los tutean, los critican y los corrigen. Eso le da un humor único al programa y la sensación de que es un programa nuevo que no tiene nada que ver con MasterChef uno y dos”.

Y, en términos concretos, existen otras diferencias con el espacio de cocina protagonizado por adultos: en esta versión infantil los eliminados no se irán solos, ya que siempre lo harán en grupo. “El programa tiene ciertos mecanismos para evitar que el eliminado tenga mucha pena. Siempre se van de a grupo, y eso atenúa la eliminación. Además, se van llenos de regalos”, cierra Nakasone.

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