La justicia británica sometió a dos hermanos de 10 y 11 años a prisión preventiva en un centro de seguridad local, luego de ser acusados por intento de asesinato y robo a otros dos jovencitos de 11 y 9 años de edad. Los niños deberán comparecer nuevamente el 14 de abril.

Las víctimas dijeron que los acusados les robaron y golpearon en una carpa, ubicada en una zona de campos y bosques en Edlington, al norte de Inglaterra.

Según vecinos, la víctima menor deambulaba por un camino y estaba cubierta de sangre, mientras que el mayor fue descubierto en estado semiconciente en una hondonada cercana. Ambos mostraban señales de haber sido golpeados, apuñalados y quemados con cigarrillos.

El chico de 11 años fue derivado a cuidados intensivos, con heridas graves en la cabeza, y la de 9 necesitó cirugía en un brazo.

El vocero de la fiscalía, Chris Hartley, dijo que los cargos son intento de asesinato y robo, por sustraer un teléfono celular y siete dólares.

No se identificó a los acusados ni las víctimas debido a su edad, pero ambos comparecieron brevemente en la corte, la cual ordenó su detención a la espera del juicio.

Posteriormente, vecinos informaron que los menores victimarios vivían con familias adoptivas.

La edad mínima en Inglaterra para recibir una acusación penal es de 10 años, como en Estados Unidos.

Este caso recordó el asesinato de James Bulger, un niño de dos años secuestrado de un centro comercial cerca de Liverpool en 1993 por dos niños de 10 años, que lo golpearon con ladrillos y una barra de hierro para luego abandonarlo en una vía de ferrocarril.

Los asesinos, Robert Thompson y Jon Venables, cumplieron ocho años en una cárcel para juveniles y fueron liberados en 2001 con nuevas identidades.