Señor director:

Sorprenden las cartas enviadas por algunos personajes públicos a este diario, en las que se critica la remodelación del Estadio Nacional. Aprovechan la postergación de la inauguración del coliseo, a causa del incumplimiento en la entrega de las butacas por parte de una empresa privada. Personas como Juvenal Olmos y otros que no son especialistas en temas de construcción no tienen el conocimiento ni la información sobre las características de la remodelación. A pesar de eso, se dan la licencia de echar barro, al lanzar frases como "estadio parchado", "techo sin terminar", etc. De acuerdo con lo que se sabe de estos trabajos, lo único completamente nuevo es el techo, que corresponde a una segunda etapa. Lo demás, sólo se repara y mejora.

Mi familia y yo estamos orgullosos de tener por fin un Estadio Nacional refaccionado con estándares Fifa, con butacas numeradas, con techo -sin rejas-, con iluminación de última generación y monitores gigantes como el de Coquimbo.

Dejémonos de tonterías y reconozcamos que por primera vez un gobierno se preocupa del deporte y de la infraestructura deportiva. En vez de buscarle la quinta pata al gato, deberíamos agradecer estas obras.

Emilio Vergara