La historia del aristócrata conocido como el "cobarde del Titanic"
Sale a subasta la carta en que se defiende a Cosmo Duff-Gordon, quien sobornó a la tripulación del transatlántico para subir a un bote salvavidas.
El Titanic se hundía y la tripulación del Titanic llamaba a los pasajeros a subirse a los botes salvavidas. En medio del caos, el grito de “mujeres y niños primero” quedó en el olvido en el caso de uno de los 20 botes salvavidas.
Cuando ya era evidente que el colosal buque no seguiría a flote, increíblemente, el primero de los botes salvavidas que fue arrojado al mar sólo contaba con 12 tripulantes, pese a que tenia una capacidad para 40 personas. Si eso era curioso, más llamativo resultó ser que los “rescatados” por la embarcación de emergencia sólo eran pasajeros de primera clase.
La historia señala que Cosmo Duff-Gordon sobornó a la tripulación para subir al bote junto a su esposa, la diseñadora londinense, Lucy Christiana Sutherland, y la secretaria de ambos, Laura Mabel Francatelli, junto a otros nueve aristócratas.
Además, este bote no sólo fue lanzado al agua con 12 personas, también se alejó de la zona del hundimiento sin socorrer a los pasajeros que clamaban por ayuda, muchos de ellos mujeres y niños.
Gracias a este hecho, Duff-Gordon, proveniente de una familia aristocrática de Escocia, fue señalado por la prensa británica como “el cobarde” del Titanic.
Ante las denuncias de los sobreviviente del histórico naufragio, Duff-Gordon y su esposa fueron los únicos pasajeros del Titanic interrogados por Scotland Yard. El aristócrata reconoció que entregó dinero a la tripulación del Titanic, pero aseguró que no se trató de un soborno. Una comisión del gobierno del Reino Unido investigó los hechos, pero increíblemente Duff-Gordon no tuvo sanción, pues se determinó que la entrega de dinero a la tripulación había sido una donación de caridad.
Pese a que quedó impute, la prensa nunca olvidó esta actitud ni tampoco la chapa del “cobarde del Titanic”.
Tras el hundimiento del transatlántico, Duff-Gordon vivió una vida complemente aislada. Falleció en 1931.
La carta
La historia de este aristócrata escocés vuelve a la palestra luego que se informara que saldrá una carta de la secretaria del matrimonio Duff-Gordon, Laura Mabel Francatelli, escrita a seis meses del desastre del histórico buque. Ahí, la mujer habla del difícil momento que vivía la pareja “por la injusta investigación que se realizó a la llegada a Londres”.
El histórico documento saldrá a remate a un poco más de 6 mil dólares.
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