Histórico

Libro explica los 14 siglos de guerra santa, desde Mahoma hasta el Estado Islámico

Historia de la Yihad, sostiene que la solución a Al Qaeda y al EI debe surgir del propio islam. Afirma que los grupos yihadistas de hoy repiten "literalmente los hechos atribuidos a Mahoma".

Mujeres palestinas (yihad islámica)

Primero fue Al Qaeda y después el Estado Islámico, los grupos extremistas que pusieron la yihad en boca de todo el mundo. Con sus ataques en Nueva York, Faluja, Madrid, Londres, París, Bali y Estambul, en los últimos 15 años el uso de los términos yihad o yihadista se hizo frecuente y escucharlo ya no extrañó a nadie. Pero la yihad lleva 14 siglos de vigencia, con más o menos intensidad, lanzada por el propio Mahoma, y que ahora vuelve a ser enarbolada ya sea para combatir a Occidente, a las otras corrientes del islam o a las minorías que habitan los territorios donde pretenden crear un califato.

Ese es el objeto del periodista y escritor español José Javier Esparza con su libro Historia de la Yihad. Catorce siglos en nombre de Alá, donde intenta explicar los orígenes de la llamada "guerra santa", el punto de vista islámico y la interpretación bélica de la yihad desde el siglo VII hasta nuestros días.

El texto, publicado en 2015 y que acaba de llegar a las librerías chilenas, sostiene que los actos brutales del Estado Islámico y de Al Qaeda -que para la mayoría de los musulmanes son repugnantes, considerando que la enorme mayoría de sus víctimas son también musulmanas- deben tener una respuesta desde el propio islam. Eso porque "es el propio islam el que ha generado una visión de la religión donde el recurso a la violencia halla legitimidad santa", asegura.

Así, Esparza sostiene que el Estado Islámico, con las atrocidades cometidas contra la minoría yazidí, con los ataques contra los chiitas o con la destrucción de los restos arquelógicos en la antigua capital asiria de Dur Sharrukin, "no hace sino repetir literalmente los hechos atribuidos a Mahoma en el siglo VII". Eso cuando condenó a muerte a los hombres de la tribu judía de Medina, los Banu Qurayza; cuando ordenó destruir la mezquita de Al Dirar, en La Meca, al considerarla como de la "discordia", y cuando hizo destruir las estatuas y borrar las pinturas presentes en el exterior e interior de la Kaaba, el templo elevado en torno a la Piedra Negra.

"Pese a la enorme distancia temporal, el procedimiento es el mismo", sostiene el autor, quien aclara que la perspectiva temporal, la historia como un movimiento evolutivo, según la visión moderna, o la barbarie islamista como fruto de una suerte de "retraso" histórico, no tiene sentido a la luz de la perspectiva musulmana.

"Es como si el tiempo se hubiera congelado en el islam. Los gestos que hicieron grande al hombre santo de la religión musulmana no pueden ser sino imitados por quienes, hoy, intentan reconstruir la gloria del califato", como pretende el Estado Islámico, el grupo de Abu Bakr Al Baghdadi, sostiene Esparza.

El escritor detalla que aunque la palabra árabe "yihad" comúnmente es traducida como "guerra santa", por lo tanto, la imposición del islam por la fuerza de las armas, explica que más bien significa "lucha" o "esfuerzo" y "es una de las obligaciones capitales de cualquier musulmán". "Según la interpretación más habitual, hay una 'yihad mayor', que es la lucha personal por mejorar a los ojos de Dios, y hay una 'yihad menor', que es el combate físico contra los enemigos del islam", destaca.

Como sea, Esparza aclara que la "interpretación bélica cuenta con numerosos avales en la propia órbita cultural islámica", más aún cuando el propio Corán "abunda en prescripciones de orden guerrero". De esta forma el yihadista es aquel "islamista (fundamentalista) que opta por la lucha armada para imponer su fe".

Pero no todos los musulmanes son islamistas ni tampoco todos los islamistas son yihadistas, aunque estos últimos, "se han convertido, a ojos de muchos musulmanes de hoy siempre, en la auténtica vanguardia del islam".

El autor de Historia de la Yihad ha destacado que el actual yihadismo es fruto de una triple guerra de religión. La primera, la de los sunitas contra los chiitas, la que los islamistas le declaran a los países impíos, donde está Occidente, y, la tercera, es aquella que los yihadistas le declaran a los gobiernos musulmanes que no aplican rigurosamente la sharia, la ley islámica. "La confluencia de esas tres guerras en un sólo fenómeno es lo que hace tan difícil afrontar el fenómeno. En cierto modo es una guerra de todos contra todos" razón por la que en el interior del islam muchos "lo viven como una nueva 'fitna', una nueva guerra civil".

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