Histórico

Los gigantes gaseosos

LA DISCUSIÓN que surgió en este espacio sobre la palabra "aterrizaje" admite una segunda mirada. El diccionario académico la define como "posarse tras una maniobra de descenso, sobre tierra firme o sobre cualquier pista o superficie que sirva a tal fin". Si bien la RAE aceptó en algún momento la expresión "alunizaje" -por posarse sobre la luna-, la descripción de "aterrizaje" es amplia y soluciona el problema lingüístico cuando una nave se posa en Marte, en la luna e incluso en un cometa.

El lector Hermann Neupert B. señala: "estoy de acuerdo que se use 'aterrizaje' para posarse, e incluso para caer sobre el suelo, en planetas terrestres, satélites naturales, asteroides y cometas". Sin embargo, no coincide con la lectora Marta Santelices R. que, con humor, preguntaba hace dos semanas si los diarios seguirían inventando palabras, como "amartizar" (para posarse en Marte). Y, luego, decía: "¿qué ocurrirá cuando una nave se pose sobre Júpiter o Saturno? ¿emplearán 'jupiterizar' o 'saturnizar'?". El lector Neupert señala que ninguna de las palabras sugeridas representa lo que ocurriría en los "planetas jovianos", que son enormes masas gaseosas: "son planetas con un núcleo pequeño y rocoso y una profunda atmósfera compuesta mayormente de hidrógeno y helio".

Nuestro sistema solar tiene cuatro "gigantes gaseosos": Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, conocidos como "planetas jovianos". El lector concluye: "Jovianizar sería bastante absurdo, porque entonces tendríamos que inventar expresiones para otros cuerpos gaseosos. 'Estrellarse' sería un vocablo correcto, en mi opinión, y sin relación a que ello ocurra en una estrella... Otras palabras apropiadas podrían ser 'quemarse' o 'implosionar', atendiendo a los efectos de acercarse en demasía a los 'planetas jovianos'...".

Habrá que esperar un tiempo para fijar la denominación que se aplicará a esos planetas y a otros cuerpos, aún desconocidos. Mientras tanto, "aterrizaje" parece ser lo más conveniente.

No hay coherencia

Los datos y proyecciones que se muestran en cuadros y gráficos, ayudan a los lectores a entender un análisis escrito. Pero, solo son útiles cuando no se deslizan errores.

El lector Claudio Lapostol, que es industrial en la Octava Región, donde opera la Compañía Siderúrgica de Huachipato, señala que en La Tercera del domingo 6 de noviembre, en el cuerpo Negocios, "aparecen varios cuadros para ilustrar el mercado actual del acero -cuya fuente es "Bloomberg" / Instituto Chileno del Acero"-, que presentan incoherencias".

Bajo el título "Semana clave en la guerra del acero", el reportaje incluye un cuadro que indica "Producción global en miles de toneladas métricas". Otro cuadro revela el "Consumo de acero en Chile, importaciones netas en miles de toneladas". El lector dice que al compararlos, las importaciones chilenas resultan mayores que la producción global, lo que no puede ser". También se publica un tercer cuadro, sobre 'Producción chilena. En miles de toneladas métricas', que tampoco coincide con lo que reflejan los otros cuadros".

Las imprecisiones conducen siempre a la duda sobre la seriedad de todo el artículo. Son descuidos que hacen daño a un riguroso y confiable ejercicio periodístico.

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