Histórico

Médicos advierten sobre aumento de anorexia entre embarazadas chilenas

El miedo a ver estropeada su figura y a las consecuencias sociales y laborales que eso pueda generar lleva a muchas mujeres a dejar de comer durante los meses de gestación. Es la pregorexia, mal que apareció hace dos años en Chile y que afecta a un 10% de las embarazadas. Produce problemas de crecimiento en el feto y de defensas en la madre.

En 2008, Angelina Jolie estaba embarazada de gemelos, sin embargo, lucía una figura tan delgada que resaltaban los huesos de su clavícula y las venas de sus brazos. Pronto los medios comenzaron a afirmar que la actriz estaba obsesionada con mantener su peso. Para esto, la protagonista de Tomb Rider se habría sometido a intensas sesiones de ejercicio e incluso, habría reducido su consumo de alimentos.

Así, Jolie se convirtió en la cara más conocida de un nuevo fenómeno conocido como pregorexia. "Es un trastorno alimentario que afecta a las embarazadas que se preocupan en forma excesiva por su figura y que tienen miedo a engordar o aumentar mucho de peso", explica Patricio Vásquez, ginecólogo de la Clínica Indisa. Ellas dejan de alimentarse para evitar el aumento de sus medidas.

PROBLEMA EMERGENTE            
Un estudio desarrollado por la Fundación Tommy's, en Gran Bretaña, reveló que 120 mil inglesas sufren bulimia o anorexia durante el embarazo cada año. Según Juan Valdivia, ginecólogo de la Clínica Alemana, es un fenómeno emergente en Chile, que afecta a aproximadamente un 10% de las embarazadas que llegan a su consulta.

"Ellas no son conscientes de que el bebé, la placenta y los fluidos corporales representan un porcentaje importante de ese aumento de peso y que es inevitable", explica el especialista.

¿Pistas sobre ellas? Son mujeres con historial previo de trastornos alimenticios y que niegan el embarazo. También evitan comer en familia para que sus seres queridos no noten que se está alimentando de manera insuficiente. Tienen entre 25 y 35 años, son de nivel socioeconómico alto y trabajan en lugares altamente competitivos. La mayoría espera a su primer hijo y temen que los cambios que su cuerpo experimente puedan tener consecuencias en su vida social y laboral. "Ellas no consultan por este problema. Es el médico o el marido quien se da cuenta", dice Valdivia.

CONSECUENCIAS EN LA SALUD

 "Una mujer de peso normal debiera subir entre nueve y 12 kilos, en promedio, durante el embarazo", explica Paola Negrón, nutrióloga del Centro de Tatamiento de Obesidad UC. Sin embargo, aquellas que sufren pregorexia suben menos de ocho kilos y, según Valdivia, "en los casos más extremos ganan sólo cinco kilos durante la gestación".

En el caso de la mujer, las consecuencias más frecuentes son descalcificación y fragilidad de los huesos, anemia y debilitamiento del sistema inmune, con problemas de cicatrización y mayor riesgo de contraer enfermedades virales.

El feto, en tanto, puede padecer restricción de crecimiento al interior del útero, bajo peso al nacer y, a largo plazo, podría sufrir diabetes e hipertensión.

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