Rosalind Franklin (1920-1958) fue una química y cristalógrafa inglesa que contribuyó al descubrimiento de la estructura de doble hélice del ADN, uno de los más grandes avances en la genética. El aporte de la científica no alcanzó a ser reconocido en vida, como sí ocurrió con James Watson y Francis Crick, quienes obtuvieron el Nobel por sus hallazgos en la materia. Rosalind Franklin murió a los 37 años de cáncer de ovario.

La historia de la científica revivió en los escenarios de Londres en la obra Photograph 51, de Anna Ziegles, protagonizada por Nicole Kidman. La actriz australiana fue aplaudida por su actuación y ayer obtuvo el premio a la mejor actriz en los London Evening Standard Theatre Awards, que entrega un jurado de críticos y periodistas.

La última aparición de Nicole Kidman en el teatro fue hace 17 años en La habitación azul de David Hare. Esta vez volvió a los escenarios para honrar la memoria de su padre, quien fue bioquímico y murió hace un año. La crítica, en particular Charles Spencer del Daily Telegraph, describió su presentación como "puro Viagra teatral". Michael Billington, de The Guardian, la ha elogiado como "una actuación brillante".

En la misma ceremonia fue premiado también James McAvoy (Expiación) por su actuación en The ruling class.

Sin suspenso

No tuvo la misma suerte en su regreso al teatro Bruce Willis, en la adaptación de Misery, de Stephen King. El actor norteamericano interpreta a Paul Sheldon, un escritor de populares novelas románticas protagonizadas por Misery Chastain. Sheldon sufre un accidente automovilístico en una carretera nevada de Colorado y, al despertar, se encuentra recostado en casa de una fan de sus libros, Annie Wilkes (Laurie Metcalf), una enfermera solitaria. El escritor permite que ella lea el manuscrito inédito de su última novela, donde decide matar a Misery. Annie no puede sorportar la muerte del personaje y, desequilibrada, obliga a Sheldon a reescribir la historia.

El montaje se estrenó el pasado domingo 15 en el teatro Broadhurts de Nueva York, con resultados dispares: la crítica celebró la interpretación sicótica de Laurie Metcalf (The Big Bang Theory) como la obsesiva Annie Wilkes, personaje que le dio un Oscar a Kathy Bates en 1990, en la versión cinematográfica de Rob Reiner. "Es tan buena que le da sentido a la obra, y te preocupas por ella incluso cuando blande una pistola amenazadoramente", escribió Associated Press.

Bruce Willis no pisaba el escenario desde los años 80 y ha dejado a muchos con gusto a poco. Como publicó el Entertainment Weekly: "Willis interpreta a Paul de forma tan plana y pasiva que resulta demasiado inerte, incluido para un personaje que está atado a la cama". "Aunque se basa en una de las novelas más aterradoras de Stephen King, les aseguro que la versión teatral de Misery no los dejará fríos de terror", fue la crítica de Ben Brantley en The New York Times. Similar a las palabras de The Guardian que opinó que "el suspenso es casi nulo". 

Otros fracasos 

Como Willies y Kidman, hay muchos otros actores de cine que han incursionado en las tablas. Tom Hanks, Daniel Radcliffe, Bradley Cooper y James Franco han tenido una buena experiencia sobre escenarios teatrales. Pero no ha sido lo mismo para todos. Por ejemplo Denzel Washington tiene mucha experiencia en el teatro. Fue su primer medio antes de llegar a la gran pantalla y nunca se ha alejado del todo. En 2005 interpretó a Bruto, protagonista del Julio César de Shakespeare, y la crítica lo encontró algo soso.

Algo peor sucedió en 2013 con la incursión de Emilia Clarke, madre de dragones en Game of Thrones, cuando hizo el personaje dea Holly Golihtly en la versión teatral de Desayuno en Tifanny's. La crítica no tuvo compasión: la compararon con Audrey Hepburn y la conclusión es que no estaba a la altura.