Opinión de Alvaro Vargas Llosa: La disputa detrás de Unasur
<p>"¿demostró Sudamérica que está en condiciones de actuar al margen de Estados Unidos? Lo que realmente demostró es que está en condiciones de actuar al margen de la OEA"</p>
Aunque en apariencia la reunión de los nueve presidentes y representantes de otros tres países tuvo que ver con Bolivia, los ganadores y perdedores poco tienen que ver con ese atribulado país andino. O, para decirlo con más exactitud, lo que estuvo en juego fue casi por completo ajeno a los asuntos internos de Bolivia, donde cinco regiones están enfrentadas a La Paz en torno a la distribución de la riqueza gasífera y, lo que es más importante, la distribución del poder.
Lo que estuvo en juego fue básicamente un simbolismo. Se trataba de mostrar que Sudamérica está en condiciones de actuar al margen de Estados Unidos con respecto a una crisis local. En su versión extrema, la de Hugo Chávez y Evo Morales, se trataba de ir un paso más allá, demostrando que el continente está unido contra Washington. Pero no fue eso lo que sucedió, pues la declaración no culpó, como el venezolano pretendía, a los Estados Unidos por lo que está sucediendo en Bolivia.
Ahora bien, ¿demostró Sudamérica que está en condiciones de actuar al margen de Estados Unidos? Lo que realmente demostró es que está en condiciones de actuar al margen de la OEA. En ese sentido, el tiro que algunos de los mandatarios creían haber disparado contra el gobierno que preside George W. Bush salió en otra dirección: el organismo que dirige José Miguel Insulza. Aunque en teoría se ha incorporado a la OEA a los mecanismos de "acompañamiento" propuestos para apuntalar la mesa de diálogo en Bolivia, en la práctica es la primera crisis importante con alcance internacional en mucho tiempo en la que la OEA es marginada por los propios países que la componen. Ni siquiera en el conflicto entre Colombia y Venezuela, en el que Unasur metió la mano, había pasado algo semejante.
Estados Unidos, por otra parte, lleva dos años intentando mantener relaciones constructivas con gobiernos antiestadounidenses como el de Evo Morales. Esta es la ironía de las acusaciones que han lanzado Chávez y Morales contra Washington, culpando al "imperio" de intentar propiciar un golpe civil en Bolivia. Los funcionarios norteamericanos, que en parte están paralizado por la campaña electoral y la incertidumbre con respecto a quiénes conducirán la política exterior a partir de enero y en parte siguen desde hace rato una política de "buena vecindad" destinada a minimizar las tensiones en el continente, tienen muy poco que ver con lo que está pasando en Bolivia.
Es posible que esa realidad -además de la natural prudencia que quieren mantener en las relaciones con Washington- haya llevado a los mandatarios, empezando por Bachelet, a evitar la confrontación abierta con el gobierno de George W. Bush en la declaración final. En esto, Chávez y Morales salieron perdiendo.
¿Quien ganó? Sin duda, Bachelet se apuntó un tanto político, evidenciando reflejos y convocatoria. Pero el verdadero ganador es Lula da Silva, el inventor de Unasur y, por tratarse del "gigante" sudamericano, el mandatario que jugará en el futuro el rol preponderante en las crisis de la región. Si hubiera sido Lula quien hubiera convocado la cita, habría provocado recelos precisamente porque desde el nacimiento de Unasur algunos países -como Argentina- ven con celos el liderazgo de su vecino y otros -como Colombia- no quieren que la proyección de Brasil sobre la política sudamericana diluya sustantivamente el nexo con Estados Unidos. Pero aun cuando fue Bachelet quien convocó la reunión, fue Lula el que le dio peso. La ausencia de cualquier otro mandatario habría sido poco importante: la de Lula habría matado su importancia. En el subconsciente de la reunión de Santiago estaba el liderazgo regional -cuidadosamente ejercido para no provocar excesivo temor a su eventual hegemonismo- de Brasilia.
Nada de lo cual implica que el problema interno de Bolivia vaya a tener solución internacional. No son factores superficiales los que han llevado a ese país a un caos en el que la oposición no es la principal responsable. No serán factores externos los que resuelvan ese ambiente de pre-guerra civil.
*Periodista y corresponsal de La Tercera en Washington
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