Perfil: Ricardo Claro Valdés (1934-2008)
El empresario falleció la madrugada del martes en su residencia, en Santiago.
Siempre ligado al mundo de los negocios, Ricardo Claro Valdés también desarrollo su pasión por el derecho y las leyes de forma paralela a su veta empresarial. Nacido el 26 de agosto de 1934 en una familia de clase media, cuyo padre Gumencindo Claro fue corredor de la Bolsa y más tarde su presidente, el futuro empresario comenzó desde muy pequeño a interesarse por el mundo de las finanzas y negocios.
Cuenta la historia que su primera cuenta de ahorros la abrió a los 7 años en la Caja Nacional de Ahorro. Luego, al ver que sus ahorros no rentaban tanto como esperaba, los cambió por bonos hipotecarios. Más tarde compró acciones de empresas ligadas al salitre y la agricultura, y se hizo de los primeros 400 títulos del que sería uno de sus principales orgullos como empresario: la Compañía Sudamericana de Vapores (CSAV) -de la cual fue presidente y controlador-, la firma más globalizada de Chile y una de las 15 mayores navieras del mundo.
Estudió en el colegio Saint George, y luego, a los 17 años, entró a cursar Derecho en la Universidad de Chile, donde también hizo una amistad que lo acompañaría toda la vida en sus negocios, el abogado Juan Agustín Figueroa Yavar.
A fines de la década de 1950 se tituló como abogado y comenzó a trabajar en el estudio Claro y Cía -con el cual no tenía ninguna relación de parentesco-, del que con el tiempo llegó a ser socio y luego presidente. Sólo en 1990 dejaría totalmente sus labores como abogado para dedicarse a las de empresario.
Casado con María Luisa Vial Lecaros, no tuvo hijos, y sólo le sobrevive su hermano Jaime, quién también es accionista en las compañías que participaba.
Su actividad empresarial comenzó con una quesería que instaló en Llay Llay. Luego se amplió con la compra de la Viña Santa Rita en 1980, y las inversiones en Elecmetal, Cristalerías de Chile, la Compañía Sud Americana de Vapores (CSAV), VTR, entre otras. A comienzos de la década de 1990, fue el primer empresario en fundar una canal de televisión totalmente privado, Megavisión (ahora Mega), entrar al negocios de la TV pagada, con Metropolis Intercom -que más tarde se fusionó con VTR. Su grupo de medios más tarde amplió a el Diario Financiero y Revista Capital.
En el ámbito político, siempre se consideró un conservador. Aunque no tuvo militancia conocida, participó durante el régimen militar como asesor económico del Ministerio de Relaciones Exteriores entre los años 1973 y 1975, y llegó a ser nombrado Embajador Extraordinario y Plenipotenciario en misión económica especial en Pekin en 1975, donde se reunió con Deng Xiaoping.
Ferviente católico, en 1992 fue condecorado por el Vaticano con la Orden de San Silvestre Papa en el grado de Comendador.
Conocido por su perfil de gran lector, Claro dedicada -como el mismo lo dijo- unas dos horas diarias los días de semana a estudiar el material que preparaban para él distintos analistas, mientras que los días sábado leía entre 5 y 6 horas. Esto le ganó el mote del "empresario más informado de Chile", lo que demostró al anticipar cuestiones como la crisis asiática y, recientemente, la debacle del mercado estadounidense producto de la crisis subprime.
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