Reforma Agraria e inmigración
Señor director:
El debate sobre la Reforma Agraria suele empezar y terminar en una especie de juicio sobre las virtudes y los males de la hacienda, y las injusticias del campo. Sin embargo, rara vez se recuerda que, en todas sus etapas, la reforma tuvo mucho que ver con un problema de la ciudad: su incapacidad de absorber en condiciones mínimas las oleadas migratorias provenientes del campo que, por ejemplo, quintuplicaron la población de Santiago en 30 años; crearon enormes cordones de miseria alrededor de las urbes e intentaron ser aplacadas, sin mucho éxito, no solo repartiendo tierras, sino también aplicando medidas de control poblacional radicales, como la esterilización no consentida de mujeres campesinas bajo el gobierno de Frei Montalva.
Es importante no olvidar este factor migratorio, porque es un ingrediente clave no solo de la Reforma Agraria sino también de las enormes convulsiones institucionales vividas por el país en sus intentos de procesar este fenómeno. En la masiva migración campo-ciudad de mediados del siglo XX parece estar el empujón definitivo a nuestra traumática modernización, incluyendo sus etapas populistas y autoritarias.
Pablo Ortúzar Madrid
Director de Investigación IES
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