Histórico

Una protesta inconducente

MILES DE ESTUDIANTES universitarios y secundarios, junto con profesores y funcionarios del sector público, marcharon ayer en varias ciudades del país en demanda, básicamente, de un mayor papel para el Estado en la educación, y "en contra del lucro". Mientras los universitarios agrupados en la Confech exigían un mayor acceso a la educación superior, el titular del Colegio de Profesores llamaba al gobierno a no seguir "con este camino privatizador". La manifestación terminó opacada por los desmanes de grupos que provocaron destrozos en la vía pública, se enfrentaron con la policía e impidieron que se desarrollara el acto cultural convocado en Santiago para marcar las protestas, con un saldo de algunas decenas de detenidos.

Cuesta entender el sentido de las consignas contra la privatización cuando la mayor parte de la demanda actual es satisfecha por planteles privados y cuando hay tanta evidencia de que la educación pública tiene serios problemas de calidad. Por otra parte, mal pueden alegar los estudiantes por falta de atención del Estado hacia la educación, cuando indudablemente ésta ocupa hoy un lugar central en la agenda nacional. Fueron precisamente los estudiantes, con las masivas movilizaciones de 2006, quienes dieron impulso a la mayor reforma al sistema educacional en muchas décadas, con una ley que ha creado una nueva institucionalidad -como la Agencia de Calidad y la Superintendencia de Educación- y dispuesto una cuantiosa inversión pública. Ello, tras un arduo debate parlamentario y un consenso político poco frecuente.

Los desafíos en educación no tienen que ver con el lucro y la privatización, sino con temas como la formación y desempeño profesional de los profesores, las rigideces laborales del gremio docente, las atribuciones de los directores de colegios y la eficiencia del gasto público.

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