Admisión justa o inclusión justa



SEÑOR DIRECTOR

Primero conocimos el proyecto de ley -llamado Aula Segura- que fortalecía las facultades de los directores para expulsar a estudiantes; y ahora, estamos en plena discusión de una nueva iniciativa del Ejecutivo, que les da más discreción a los sostenedores para excluir a los estudiantes que consideren indeseables. Expulsar y excluir, es decir, proscribir de la escuela -como se dice- a las "manzanas podridas": primero, al considerado como violentista, y ahora, al que no tiene méritos académicos.

Lo que estamos viendo hoy es que, tristemente, la fe en la ficción del mérito individual y el credo de la ideología del esfuerzo suplantan a la pedagogía de la motivación, al aprendizaje de y desde las diferencias, a las aulas inclusivas y a la didáctica de la cooperación, la colaboración y el aprender juntos, los unos de los otros.

Con este nuevo proyecto de ley se borra de plano el ideal democrático de una escuela justa que protege a todos sus niños, garantizándoles trayectorias escolares que los tratarán como iguales, antes que segregándolos en el club de los mejores y en la segunda división de los peores.

Un mundo en el que la buena educación es solo para los vencedores y los favoritos, una sociedad que fortalece más y más las diferencias de la cuna, o un país que se da reglas que solo incentivarán la competencia como factor de calidad educativa, es uno que está hipotecando el fortalecimiento democrático de su vida colectiva-comunitaria.

No necesitamos más competencia, sino más democracia en las escuelas y liceos. Inclusión justa, antes que admisión segregadora.

Jaime Retamal S.

Académico Usach

Verónica López

Directora Centro de Investigación para la Educación Inclusiva

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