SEÑOR DIRECTOR:

El debate público se tensiona, la cultura de la cancelación se instala, aparecen bandos de los buenos y los malos, los que no quieren cambios y los que quieren refundar todo, se asoman los traicioneros frente a los que no dan su mano a torcer.

Aparece también la tensión entre el Estado y los privados, entre la libertad y la igualdad, entre los súper ricos y el pueblo, entre el progreso y la naturaleza; y así un gran número de contrapuestos donde pareciera solo haber blanco o negro.

Hoy, más allá del debate constitucional y el plebiscito, necesitamos como país volver a buscar y mirar esos puntos en común, esos puntos que nos conectan, ya que la vida en comunidad requiere ceder, requiere entender la mirada del otro, y construir un relato que nos una. Un lugar con matices, donde el Estado garantice una base común para todos, y que los privados puedan aportar con soluciones a los problemas públicos; uno donde se pueda avanzar a un nuevo equilibrio entre la naturaleza y el progreso, y que permita el desarrollo de proyectos y emprendimientos; pero que cuide lo que es de todos para las próximas generaciones; un espacio donde todos los chilenos nos encontremos sin etiquetas, con respeto.

De seguro el debate real, el que está en el corazón de la gran mayoría de chilenos, es uno con mucho menos contrapuestos; uno que busca encontrar matices, lugares de encuentro; donde seamos iguales pero diferentes; y que cada uno pueda aportar y desarrollarse desde su diferencia.

Creo que vale la pena pensar cómo nos ponemos a disposición para avanzar en buscar esos matices, esos puntos que nos permiten dejar de contraponernos tanto, en contribuir a un debate que revele lo que está en los anhelos reales de cada uno de nosotros; más allá del debate político de la Constitución, debemos volver a pensar cómo hacemos esa vida común, pensando precisamente lo que tenemos en común, que no es poco.

Paula Streeter

Red Pivotes