Opinión

El zapato chino del socialismo democrático

El zapato chino del socialismo democrático

El plazo para inscribir candidaturas es el miércoles 30 de abril, y después de eso, que sea lo que Dios quiera. Entonces, sabremos quién será coronado como representante de una coalición política con dos almas, cuentas pendientes y evaluaciones disimiles del gobierno de Gabriel Boric. Pero, así como van las cosas los astros parecen alinearse a favor del PC.

Primero lo obvio. Con Vodanovic y Tohá se dispersa el voto de centro, el que tiene coherencia detrás de lo que se ha llamado “socialismo democrático”. Además, es un set de alternativas que vienen de la banca, luego de que Bachelet no escuchó el llamado de la barra y declinó. Así, la energía pasa a la otra vereda del pacto, donde Gonzalo Winter debería hacer lo que Gabriel Boric hizo con Daniel Jadue cuatro años atrás, cuando el candidato del FA obtuvo un millón de votos, mientras que Jadue un no despreciable bolsón de 690 mil votos.

Pero, la diferencia está en que en esta ocasión el frenteamplista no contará con el bono del socialismo democrático que benefició a Boric, pues este electorado -esta vez- compite en primarias legales, a diferencia de lo que pasó en 2021, cuando luego de bochornosas negociaciones, los socialistas, pepedés y democratacristianos concretaron una “primaria de la inmolación”, en la que no votaron más de 150 mil electores. A eso hay que sumarle que Winter tampoco es titular. Este era Tomás Vodanovic, quien al igual que Bachelet, declinó participar.

No es el caso de Jeannette Jara, quien sí es primus inter pares, habiendo logrado hacer olvidar la posibilidad de Camila Vallejo y desbancar a Jadue, al ser Trabajo una de las pocas carteras que exhibe logros en este gobierno. Además, la favorecen los números. Podría asumirse que su piso son los casi 700.000 votos que obtuvo Jadue cuatro años atrás o un 5% del padrón electoral. Esto, en un contexto en el que se podría considerar, hipotéticamente, como techo electoral del oficialismo en primarias una fracción de los 4,9 millones de votos que obtuvo el Apruebo el 2022. Si la participación en las primarias de la centroizquierda alcanza -siendo extremadamente generosos- un 70% de esos 4,9 millones, habría 3,4 millones de votos en disputa. 2,7 millones -si se restan los 700.000 de base del PC-, a repartir entre Vodanovic, Tohá, Winter y la propia Jara, quien puede despegar de su piso. Eso da una media de 680.000 votos en disputa por candidato. Todo sin contar a Jaime Mulet y Marco Enríquez-Ominami que solo restan votos al socialismo democrático. Dicho de otro modo, sólo si hay amplia movilización, el socialismo democrático tendría opciones.

Pero, es un escenario que se parece peligrosamente a la primaria de Chile Vamos de 2021, en la que la derecha optó por medir los pesos internos de los partidos y no seleccionar a su carta más competitiva, que entonces era Evelyn Matthei. Escenario que ha permitido el crecimiento hasta hoy de la extrema derecha en desmedro de Chile Vamos.

Se atribuye a Otto von Bismark el dicho: es sabio aprender de los errores propios, pero lo es aún más, aprender de los ajenos. A ver si escuchan en el socialismo democrático a este estadista alemán.

Por Cristóbal Osorio, profesor de Derecho Constitucional, U. de Chile

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