Leer los síntomas, llegar a tiempo
SEÑOR DIRECTOR:
En medio de las múltiples crisis que enfrenta el país, como la educacional, de seguridad, de confianza, entre otras, está también la habitacional y urbana. Cada día, más de 100 personas se trasladan a asentamientos irregulares y más de 2,2 millones de hogares requieren algún tipo de ayuda del Estado para acceder a una vivienda digna. Esta crisis, hoy evidente, mostraba síntomas visibles hace décadas que no supimos leer a tiempo.
Un indicador clave de la oferta habitacional es la cantidad de permisos de edificación otorgados. Si a mediados de los 2000 se otorgaron 35 permisos por cada mil hogares, para el 2023 esta cifra se redujo a 12, un tercio de lo que sucedía dos décadas atrás. Por otro lado, la demanda por vivienda creció drásticamente: 98 mil nuevos hogares se conformaron el 2006, para el año 2017 eran más de 220 mil. Cayó la oferta, aumentó la demanda, por consecuencia el precio de la vivienda aumentó 2,5 veces en los últimos 15 años, muy por sobre el aumento de los ingresos de la población. El ratio entre precio e ingresos (PIR) -cuántos sueldos necesita una persona para pagar la totalidad de una vivienda- pasó de 2,2 años de sueldo en 2006 a 7,1 en 2020. La vivienda se hace más cara y más inasequible.
Los síntomas estaban allí, algunos creciendo lenta y sigilosamente, otros de forma abrupta, pero ninguno supimos leerlos a tiempo. La crisis del acceso a la vivienda actual, como tantas otras, refleja una falta de planificación y adaptación ante una sociedad cambiante.
La recientemente publicada “Trayectoria de la Vivienda” (www.trayectoriavivienda.deficitcero.cl) es un esfuerzo conjunto entre Déficit Cero y Unholster que tiene por objetivo visibilizar y compartir los datos de los últimos 30 años respecto del acceso a la vivienda, esperando que en la medida que la información esté mejor y más distribuida, la cantidad de propuestas que respondan al problema también se multiplique.
Sebastián Bowen
Director Ejecutivo de Déficit Cero