SEÑOR DIRECTOR:

El viernes pasado, la expresidenta Michelle Bachelet apareció en la franja por la opción “En contra” del plebiscito de este domingo. Y lo hizo de manera coherente con toda su trayectoria política, poniéndose del lado de las mujeres de Chile.

La exmandataria fue clara al manifestar su opción: el texto que se nos ofrece pone en riesgo el aborto en tres causales, abre la puerta a discriminar a las mujeres a través de la objeción de consciencia institucional, no asegura la igualdad salarial, norma que en un principio sí lo establecía y que luego fue modificada por los consejeros republicanos y establece una menor importancia para delitos que afectan a las mujeres, entre varias otras cosas.

Por ello, no deja de sorprender el sesgo machista con el que algunas figuras políticas del “A favor”, mujeres lamentablemente, se han referido a la expresidenta, tildándola de mentirosa, insinuando que es incapaz de tener opiniones propias, de que está siendo manipulada o que incluso no entendió lo que leyó. Afirmaciones, que además de irrespetuosas, son absurdas al ser referidas a Michelle Bachelet, dos veces Presidenta de la República y líder exitosa de dos instituciones internacionales.

Cabe preguntarse, ¿por qué no se hacen estas críticas y ataques personales a otros expresidentes que han expresado legítimamente su opción frente a este plebiscito?

Bien sabemos que cuando las mujeres asumen roles de liderazgo y defienden con firmeza sus opciones políticas son objeto de hostigamiento, acoso e incluso violencia política que busca denigrar su legitimidad y capacidades. Vemos con enorme sorpresa e indignación que estamos frente a un claro ejemplo de cómo el patriarcado intenta empujar a grandes líderes femeninas a las sombras.

Gael Yeomans

Diputada de Convergencia Social

Marcela Ríos

Académica visitante Universidad de Oxford