Opinión

Ni Macrozona Sur ni Wallmapu, Arauco

Hector Andrade

SEÑOR DIRECTOR

Estas denominaciones innecesarias y ajenas al sentimiento de la inmensa mayoría de las personas que habitan al sur del Biobío no hacen sino contribuir a la invizibilización de una zona azotada por la pobreza, la marginalidad, el aislamiento y sobre todo por la violencia fuera de control que ejercen grupos armados que operan con total impunidad, al extremo que la propia ministra del Interior fue recibida a balazos en su primera aventura por la zona.

Seguramente son muchas las razones que explican esta situación de violencia descontrolada, pero me parece relevante destacar las siguientes. En primer lugar, durante años hemos sido testigos privilegiados de un proceso sostenido de deslegitimación del uso de la fuerza por parte de los órganos estatales mandatados por la Constitución y la ley para emplearla, al extremo de que hoy prácticamente todo procedimiento policial se desarrolla bajo una verdadera presunción de ilegalidad y abuso policial. Esta deslegitimación del uso de la fuerza para controlar la violencia, fomentada por sectores de izquierda, hace que en la práctica los órganos del Estado encargados de ejercerla terminen inhibiéndose de hacerlo, con todas las consecuencias que de ello derivan y que son fáciles de comprender y muy extenso de desarrollar aquí.

En segundo lugar, y en paralelo, se ha ido consolidando en el país un proceso de legitimación de la violencia como herramienta para lograr objetivos políticos, cuya última manifestación -quizás la más significativa pero no la única- sea que la primera gran decisión política del nuevo gobierno haya sido la de retirar las 139 querellas por infracción a la Ley de Seguridad Interior del Estado presentadas en contra de los violentistas que destruyeron nuestras ciudades a partir del 18 de octubre de 2019, decisión que se suma al hecho de que quienes hoy nos gobiernan nunca condenaron en el pasado la violencia en la zona de Arauco, sino que, por el contrario, la validaron, ya sea por acción o por omisión.

Como puede advertirse, el desarrollo de ambos fenómenos configuran un panorama desolador para el país entero que debe detenerse a la brevedad, colocando la legitimidad en el lado correcto, en la vereda de la inmensa mayoría de la ciudadanía, del estado de derecho y el orden público y no en la acera de los violentos. Mientras tanto, en Arauco, no en la Macrozona Sur ni en el Wallmapu, vivir en paz seguirá siendo un sueño imposible.

Roberto Coloma

Ex coordinador de la Macrozona en la Región del Biobío

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