Hay que felicitar a Rolf Lüders por convocar a un grupo de 17 economistas para concordar un conjunto de medidas que lleven a Chile a crecer al 4%. Es una buena propuesta que recoge y amplía planteamientos realizados en nuestro país en diversas instancias durante décadas por distintas personas y grupos, que en general han tenido aceptación transversal. El trabajo se realizó en un año, buscando unanimidad y es una guía para quien de verdad quiere que Chile progrese.

Una propuesta que ha concitado gran interés es el reemplazo de las actuales indemnizaciones por años de servicio por una a todo evento con tope de cinco remuneraciones. La actual, se sabe, es un obstáculo a la flexibilidad laboral y amarra a las partes a mantener relaciones que ninguno desea. Se reemplazaría por una que recibirían todos los trabajadores que dejen la empresa, con un valor mayor al promedio de lo que obtienen hoy día; y se financiaría con una cotización de 1,8% al Fondo de Cesantía.

Otras medidas imprimen eficiencia a la economía al rebajar el impuesto a la renta a las empresas de 27% al promedio OCDE, de 23,8%. Se financiaría con medidas que permitan mayor recaudación y se complementaría con un impuesto negativo al ingreso que explicamos más adelante. Se plantea también subir la edad de jubilación conforme a la longevidad y políticas que fomenten empleabilidad de los mayores. Se pone énfasis en educación inicial, aumentando el puntaje para estudiar Pedagogía y se reforman sistemas de evaluación. Para el sector privado, por diversas vías se fomenta el emprendimiento, las concesiones e infraestructura de mayor calidad.

En la administración pública se decretaría un régimen de empleo público profesional, admitiendo asesores transitorios que se irían junto con el gobierno de turno. Se reducirían los ministerios de 25 a 14 por fusiones, consolidaciones y eliminaciones. Esto es fundamental, dado lo que hemos conocido de abusos en los cargos públicos. Integré una comisión de modernización del Estado transversal convocada por Sebastián Piñera, cuya propuesta de empleo público concitó apoyo en directivos de Espacio Público, Libertad y Desarrollo, el CEP y Chile 21. La piedra de tope fue la ANEF.

En política social, la novedad es el impuesto negativo al ingreso, transferencia en dinero a las familias más pobres que unificaría múltiples subsidios eliminando burocracia y abusos y fomentando la formalización laboral.

El grupo de 17 economistas estuvo integrado por académicos de distintas universidades de prestigio en Chile y el extranjero, varios con experiencia de gobierno, otros con trayectoria académica, que actuaron a título personal y de manera independiente. Felicitaciones y respetos para ellos con la esperanza de que sean acogidas sus propuestas por los candidatos que compiten en noviembre. Chile lo necesita.

Por Luis Larraín, presidente del Consejo Asesor Libertad y Desarrollo