Asimetría mamaria: todas la tenemos y es normal




El año pasado se hicieron viral en redes sociales como Instagram o Tiktok los videos de la modelo Abbie Herbert, en los que mostraba sus pechos con una notable diferencia de tamaño luego de la lactancia de su hija. “A ella le gustaba solo tomar de un lado, así que dije ‘el lado derecho es tuyo’”, cuenta en uno de los videos. Luego mueve su cabello hacia atrás para revelar su asimetría. “Alguien se olvidó de recordarme qué pasaría si dejas que tu bebé se alimente sólo de una teta”, dice riendo.

En el video –que tuvo 1,7 millones de likes y más de 13 mil comentarios– Abbie usa un tono gracioso, no se estresa por esta nueva apariencia, sino que se lo toma con humor. Pero no es el caso de todas las mujeres. Catalina Blanco (39), también sufrió de asimetría mamaria pos lactancia. “Cuando nació mi segunda hija, el primero era chico aún, entonces no tuve el tiempo y los espacios de tranquilidad que se necesitan para la lactancia. Mi guagua solía tomar solo de una pechuga, y entonces si eso funcionaba, decidí no estresarme más. Le daba solo de ese lado. Al principio esa mama estaba más hinchada porque estaba repleta de leche y pensé que una vez que dejara de amamantar, todo volvería a su lugar. Pero no fue así. Mi hija tomó pechuga hasta poco después del año y meses después de que se me cortara la leche, mis mamas seguían asimétricas. Esta vez ya no era una ‘normal’ y la otra como globo, ahora había una mucho más grande y más caída que la otra”, cuenta.  Esta situación, dice, mezclada con el desorden hormonal de ese periodo, la hizo sentirse mal con su propio cuerpo. “Mi autoestima bajó, ya no me sentía atractiva, al contrario, me daba vergüenza desnudarme frente a mi pareja. Demoré mucho tiempo en asumir este nuevo cuerpo, es más, creo que aún no lo logro al cien por ciento, pero estoy en esa lucha”, reconoce.

Pero, aunque nos sorprenda, la asimetría mamaria es una característica común. Según Andrea von Hoveling Schindler, ginecóloga y delegada para Chile de la Red Iberoamericana de Salud Sexual y Reproductiva, todas las mujeres la tienen. “No tenemos una simetría perfecta en ninguna parte de nuestro cuerpo. Las mamas son fácilmente comparables y por eso lo vemos más, pero si miramos las dos partes de nuestra cara o nuestros pies, tampoco son simétricos”, explica. Agrega que, en el caso de la mamas, se produce porque el desarrollo no es simétrico, lo que no significa una anormalidad, y que solo hay que preocuparse cuando una mama no se desarrolla (síndrome de Poland); cuando la asimetría se debe a que hay un tumor ocupando espacio; o cuando esto se manifiesta repentinamente sin una razón evidente.

Y la lactancia es una de las razones que pueden generar esta asimetría. “Durante la lactancia habitualmente hay una mama que produce más leche que la otra y esa pierde un poco de turgor y se ve más caída”, dice. Sin embargo, quienes más consultan no son las madres sino que las adolescentes. “Dentro de los cambios corporales que experimenta su cuerpo, el hecho de ver sus mamas asimétricas es una de las cosas que les preocupa. Lamentablemente cuando uno indaga en los motivos de esa preocupación, suele ser que se sienten ‘anormales’, porque su único parámetro de mamas es lo que ven en las publicidades y en la tele, y obviamente esas son mamas que están modificadas, ya sea quirúrgicamente o a nivel de las imágenes, para verse muy turgentes y simétricas, y eso no es la realidad. La preocupación surge por comparación”, agrega Andrea.

Varios estudios llevados a cabo con adolescentes y mujeres jóvenes establecen una asociación entre asimetría mamaria y una baja autoestima y bienestar emocional. Incluso, un estudio señala que esto podría conllevar a tener consecuencias como estrés, ansiedad y un bajo nivel de bienestar psicosocial. Así lo explica Ana María Gallardo, psicóloga y directora del Centro Body Positive Chile, que dice que esto lo podemos comprender, desde varias aristas. “Una de ellas, es que algunos estudios han mostrado que el ser humano está en una constante búsqueda de la simetría como medida de belleza. Es decir, preferimos rostros y cuerpos más simétricos. Si bien ningún cuerpo humano es simétrico, existe una expectativa de que así sea. Y los pechos son un aspecto central en la construcción del cuerpo ideal de la mujer, teniendo estos una alta carga erótica y sensual. Mujeres que por motivos de salud pierden uno o dos senos, suelen expresar ansiedad por la pérdida de atracción sexual”, comenta.

Si lo pensamos desde otro punto de vista –agrega– pareciera ser que los pechos femeninos no solo tienen un valor de alimentación para la subsistencia humana, sino que tienen un valor de belleza y atractivo sexual puesta en los cánones de cuerpo ideal. “Lo que podemos ver a lo largo de la historia, es que las expectativas de la forma y el volumen van cambiando, por lo que los pechos también tendrían un valor comercial. El trasfondo, es que la mujer tiene la presión histórica de modificar su cuerpo en base a estos estándares de belleza. En este contexto, es comprensible que mujeres, por ejemplo, busquen la cirugía plástica como una alternativa a considerar. Siempre teniendo en consideración que la asimetría mamaria es un tema tabú y por tanto se hace difícil para una sola persona luchar contra el estereotipo de senos grandes y simétricos”.

Ana María cree que es importante cuestionarnos los estándares de belleza, educar que el cuerpo humano no es simétrico, y que nuestro foco debería estar puesto en el cuerpo como un instrumento para lograr nuestros objetivos en la vida y no como un objeto de evaluación. “Una buena vía para normalizar los cuerpos diversos son las redes sociales cuando están bien utilizadas. Las adolescentes y mujeres jóvenes de hoy en día basan parte de su imagen corporal a través de lo que ven en redes sociales como Instagram y Tiktok, siendo estas redes un espacio importante para que influencers hablen acerca del cuerpo con mayor apertura. De este modo, si una influecer modela de forma positiva la relación con su cuerpo –como lo hizo Abbie Herbert con su asimetría mamaria– , tal vez la seguidora podrá ser más conscientes de que la diversidad corporal existe y que está perfectamente bien”, concluye.

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