Alberto van Klaveren y neutralidad en guerra comercial: “Es un ejercicio difícil, pero hasta ahora lo hemos logrado”
El canciller asume que el escenario internacional ha cambiado de manera radical en los últimos años y que hay que adaptarse a ello. "Nuestra estrategia es buscar un equilibrio entre las grandes potencias", sostiene.
Para Alberto van Klaveren los últimos meses han sido agitados. Imposible que no fuera así para el jefe de la diplomacia chilena en momentos en que el contexto internacional está cambiando de manera casi radical, lo que ha obligado a Chile a buscar formas de adaptarse a esta nueva realidad.
Más multilateralismo y libre comercio son dos de los ejes que han estado en el centro de la atención en medio de la guerra comercial desatada por Estados Unidos, y que ha llevado a Chile a salir al exterior a buscar alianzas que permitan evitar que las consecuencias de las tensiones entre Estados Unidos y China terminen impactando a una economía pequeña como la chilena.
¿Por qué han decidido enfocarse en Asia en los últimos dos meses?
Esto responde a la convicción de que Asia requiere más atención, tomando en cuenta que se trata del área más dinámica de la economía mundial. Nosotros creíamos que este último año de gestión del Presidente tenía que ser uno que posicionara sobre todo a Asia, sin perjuicio de que también habrá otras giras.
¿Qué metas se han fijado en términos de lograr TLC o acuerdos integrales?
Durante este gobierno se concretó un acuerdo económico integral con los Emiratos Árabes. Nos interesa avanzar también en un acuerdo con Arabia Saudita, pero para lograrlo tenemos que negociar en un marco más plurilateral, con el Consejo de Cooperación del Golfo, porque esa es la política de Arabia Saudita, y eso implica un proceso algo más complejo. Esperamos dejarlos iniciados durante este gobierno. También está el inicio de las negociaciones de un acuerdo económico integral con la India. Ese es un objetivo mayor.
¿Cuáles son las cuentas que se sacan tanto en Japón como en China?
Nos interesa mucho consolidar una relación tradicional como la que tenemos con Japón. Japón es la cuarta economía del mundo, la principal fuente de inversiones de Chile en el continente asiático. Por otra parte, está China. Nuestra visita se inscribió en esta reunión que celebró China con los países del Celac, pero, aparte de eso, tuvimos una actividad bilateral importante y, además, encuentros empresariales.
¿Es tiempo de evaluar nuevas formas de alineamiento internacional luego del descalabro que provocó Trump en lo que hasta ahora era el orden mundial?
Por cierto que el contexto externo ha cambiado de manera muy profunda, yo diría casi radical. Pero lo importante para nosotros es seguir promoviendo principios que han sido permanentes en nuestra política exterior, como el libre comercio, el multilateralismo. No estamos solos en ese empeño, pero obviamente no estamos ciegos frente a esta realidad cambiante y creemos que es muy importante adaptarnos a ella. Esa es una función básica de la Cancillería. En eso estamos, justamente en la búsqueda de coincidencias con otros países, ir buscando afinidades naturales.
La Cancillería ya transmitió que el ingreso del Brics no es prioritario. ¿Qué sentido tiene que vaya una delegación encabezada por el propio Presidente a la próxima cumbre?
Para nosotros es muy importante que la invitación la haya extendido Brasil. El año pasado Brasil también nos invitó a participar en la cumbre del G20, con ese mismo espíritu vamos a estar presentes en la cumbre de los Brics. Eso no implica que estemos ad portas de un ingreso al grupo.
¿Esto por la incomodidad que genera sentarse a la mesa en un foro político con países como Rusia, teniendo en cuenta el respaldo de Chile a Ucrania tras la invasión rusa?
El grupo Brics es muy heterogéneo. Para considerar un posible acercamiento hay que analizar si eso va a significar beneficios económicos, en términos de lo que puede ser libre comercio, o bien un mejoramiento de las políticas públicas, como sucede en el caso de la OCDE. Eso tiene que ser parte de un proceso de evaluación. El Presidente es partidario de que haya un debate muy amplio sobre ese tema, es decir, que incluya a todos los sectores del país. Entonces es posible que haya un debate respecto de eso, pero no hay una decisión.
¿Es probable que Chile reciba una invitación formal a sumarse al Brics?
No hay una invitación formal. Ha habido expresiones en ese sentido, pero han sido informales. Nos han dicho que si nosotros estamos interesados en ingresar, seremos bienvenidos. Nosotros apreciamos esas palabras, pero obviamente todos entienden que es una decisión nuestra. Estamos evaluando las opciones en esa materia, pero no hay una opinión definitiva. Hay que evaluar también si es que una participación en el Brics es compatible con nuestra presencia en la OCDE, que nosotros valoramos mucho. No hay una incompatibilidad desde el punto de vista jurídico ni legal entre ambos grupos, pero obviamente responden a realidades distintas. Hay muy pocos países que quisieran pertenecer a ambas instancias. Hay algunos casos, pero son muy pocos.
Uno de los objetivos que se trazó el gobierno chileno en sus conversaciones con Estados Unidos era encapsular el diálogo en la relación bilateral, evitando así interferencias e imposiciones en la relación de Chile con otros países, en particular con China ¿Estados Unidos acepta conversar en estos términos? ¿Cómo van esas conversaciones?
Bueno, nuestras conversaciones con EE.UU. se enmarcan básicamente en lo que es nuestro TLC. Tenemos un acuerdo con Estados Unidos que está plenamente vigente, y la agenda que está desarrollando la Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales (Subrei), que es la que lleva este tema, con su par que es el USTR, es una agenda acotada. Incluye temas como aranceles, barreras no arancelarias, comercio digital, una serie de áreas en que realmente existe un diálogo con EE.UU. a nivel bilateral. Siempre hemos dicho nosotros que cada relación hay que evaluarla en su propio mérito y sin referencias a terceros países. Esa es nuestra política respecto de EE.UU. y también respecto de China.
¿Y EE.UU. ha aceptado enmarcar la conversación con Chile dentro de esos términos? Washington les ha pedido a varios países latinoamericanos tomar distancia de China e, incluso, aplicó sanciones a Colombia (cortó el acceso a créditos), al día siguiente de que el Presidente Petro firmara el ingreso a la Ruta de la Seda.
Así es, está bien acotada la conversación y esperamos seguir así. No hay nada todavía suscrito en términos de poder decir sí, va a ser en estos términos y vamos a poder sentarnos a conversar. Este es un proceso que está recién iniciándose, un proceso que está abierto, pero nosotros, efectivamente, estamos totalmente disponibles para hablar de los temas comerciales. Y hay algunos temas que han estado pendientes, temas de propiedad intelectual, por ejemplo. Estamos muy dispuestos a hablar de eso.
¿Hay algún avance? Queda poco más de un mes para que venza el plazo de 90 días que fijó Trump de suspensión para la entrada en vigencia del alza de aranceles…
La idea nuestra es poder terminar esta negociación pronto, es decir, justamente antes del vencimiento del plazo. Ha habido ya dos reuniones y hay un calendario. Hay reuniones que van a tener un carácter virtual y otras reuniones de carácter presencial. Pero tenemos un calendario.
Boric es el segundo presidente latinoamericano, después de Lula, que más veces se ha juntado en privado con el líder chino, ¿no se está rompiendo con eso la estrategia de neutralidad y de no alineamiento activo?
Nuestra estrategia es buscar un equilibrio entre las grandes potencias. Tenemos una relación muy positiva con China, pero también una relación igualmente positiva con EE.UU. y tratamos de mantener ese equilibrio entre ambas relaciones.
Tendrá que admitir que no es fácil ese equilibrio cuando Estados Unidos, especialmente, está exigiendo a los países que tomen una posición y prácticamente amenazan con que si no estás con ellos, entonces pasas a estar en contra de Washington…
Bueno, es un ejercicio difícil, pero un desafío de nuestra política exterior. Y hasta ahora yo creo que lo hemos logrado.
El Presidente Boric se comprometió a organizar una cumbre en Santiago en defensa de la democracia. ¿Por qué se ha postergado la fecha de este evento?
Bueno, básicamente por temas de agenda, sobre todo de los otros participantes, pero digamos, el proyecto de hacer esa reunión se mantiene y la idea es poder dar continuidad justamente a lo que se acordó en los márgenes de la Asamblea General de Nueva York el año pasado. La idea es hacerla en el mes de julio y tendría el carácter de una reunión preparatoria para un encuentro más grande que se haría en la próxima sesión de la Asamblea General de Naciones Unidas.
¿Hasta ahora quiénes han confirmado asistencia?
El Presidente Lula, el Presidente del gobierno español, Pedro Sánchez; el Presidente de Uruguay, Yamandú Orsi. La idea es avanzar hacia la profundización de la democracia en los distintos países y, justamente, combatir el extremismo en las posiciones, digamos, de la ultraderecha a nivel global.
¿Este evento tiene que ver con cómo el Presidente Boric busca proyectar un liderazgo internacional?
El Presidente ha logrado un gran reconocimiento y un liderazgo importante en materia de derechos humanos, es decir, lo que mucha gente afuera de Chile aprecia es el compromiso que tiene el Presidente con los derechos humanos y el hecho de que está dispuesto a criticar las violaciones de los derechos humanos cometidas tanto por regímenes de derecha como también regímenes de izquierda. Entonces, hay un gran reconocimiento por lo que ha sido su posición de principios respecto de Venezuela, respecto de Nicaragua y otros países, y por cierto, lo que ha sido nuestra posición tradicional en materia de defensa de los derechos humanos.
¿Cómo cree que va a ser recordado el Presidente en materia internacional?
Como un líder renovado: ser un líder moderno, representante de una nueva generación y con una visión, yo diría, progresista, pero muy innovadora. Esa es la imagen que proyecta no solamente en América Latina y en Europa, sino que incluso en otros países, como puede ser la India o China.
¿La debilidad interna del gobierno y el bajo respaldo ciudadano que tiene el Presidente no son un problema a la hora de plantear en el extranjero los puntos de vista de Chile? Muchas de las giras al exterior del Mandatario han sido empañadas por problemas de política interna.
Ahí hay que distinguir lo que es el impacto internacional del impacto interno, y no son demasiado congruentes. Además, la imagen externa que existe sobre Chile es enteramente distinta a la imagen interna, es decir, Chile es visto desde afuera como un país estable, como un país que ha superado desafíos muy importantes, como un país comprometido con el multilateralismo, con los derechos humanos, y eso internamente tiene una visión que es mucho más polarizada, que es muy distinta. Hay un contraste muy grande entre la imagen externa del país, que es muy positiva, y la imagen interna, que es mucho más polarizada, más conflictiva si se quiere.
¿Qué efectos concretos puede tener la voz del Presidente de un país pequeño como Chile?
Bueno, por supuesto, tiene las limitaciones naturales de un país de nuestro tamaño. Pero, al mismo tiempo, nos da un liderazgo importante desde el punto de vista ético. Y yo ahí quiero citar también, estamos hablando de realidades muy distintas, pero en que los principios que están en juego son los mismos. Es decir, hablemos de Gaza, hablemos de Ucrania, y en ese sentido el Presidente ha tenido una posición que ha sido muy consistente y muy apreciada.
Mencionó Gaza. Más allá de la crítica al gobierno de Israel por la nueva ofensiva terrestre en la Franja de Gaza, ¿se están evaluando sanciones como, por ejemplo, la salida del embajador israelí en Chile?
Bueno, siempre estamos evaluando. Obviamente estamos siguiendo muy de cerca la situación en el Medio Oriente y concretamente en Gaza, y siempre estamos evaluando qué medidas se pueden adoptar, en qué medida nosotros podemos formar parte de iniciativas internacionales que justamente impliquen una presión para que el gobierno de Israel detenga la represión y las masacres que se cometen en Gaza.
En un conversatorio en una universidad de Nueva Delhi, India, el Presidente Boric dijo que cuando termine su mandato “le gustaría poder trabajar por una mayor unidad de Latinoamérica, más allá de las retóricas más propias de nuestro continente”. ¿A qué se refiere en concreto el Presidente con esa frase?
La verdad es que no lo sé, no lo he conversado con él. Hemos hablado en términos muy generales sobre el futuro, pero él como que tiene distintos proyectos. A él le gustaría escribir, le gustaría tener una vida algo más tranquila durante un cierto periodo. Entonces, eso es algo muy abierto. Cuando yo le menciono el tema, él me pregunta a mí qué voy a hacer después, a pesar de que soy consciente de que estamos hablando de generaciones muy distintas.
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