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Crisis de inmigrantes: Suecia expulsará hasta 80.000 refugiados

La crisis que atraviesan los refugiados en Europa parece solo empeorar. Ayer Suecia confirmó que expulsará entre 60.000 y 80.000 de estos inmigrantes, casi la mitad del total que pidió asilo en 2015, para lo que utilizará aviones charter, en una operación que no será inmediata y que se podría extender por dos años.

Suecia fue uno de los países que más refugiados recibió el año pasado, siendo solo superado por Alemania. El martes una trabajadora social de 22 años fue apuñalada por un refugiado de 15 años, lo que habría elevado la tensión entre suecos e inmigrantes.

A la medida anunciada ayer por Suecia también se sumó Finlandia que dijo que expulsará a 20.000 personas que llegaron buscando asilo.

En la semana también se conoció que Dinamarca había decidido requisar todos los bienes de refugiados que superen los 1.000 euros en efectivo y posesiones, lo que generó críticas de varios actores, como Kofi Annan, el ex jefe de la ONU, que acusó que ello iba en contra del espíritu de la Unión Europea. Noruega también aprobó en septiembre la deportación de 5.000 personas a las que no se otorgó el asilo y que llegaron desde Rusia.

Más de un millón de inmigrantes han llegado a Europa en el último año, muchos de ellos huyendo de conflictos en Siria, Irak u otras zonas de conflicto. La crisis está friccionando las relaciones entre los miembros del bloque europeo y ha puesto a prueba el compromiso de abrir las fronteras que contempla el acuerdo de Schengen.

Grecia, por ejemplo, recibió una advertencia de la Comisión Europea que la acusa de incumplir los términos del acuerdo de Schengen de 26 países, al no llevar a cabo identificaciones completas, incluyendo registro de huellas dactilares con los inmigrantes que ingresan al país. La Comisión amenazó a Grecia con cerrar las fronteras internas del país en caso de que no logre controlar la situación, mientras que el primer ministro heleno, Alexis Tsipras, acusó a Turquía de ser la responsable de no controlar bien sus fronteras.

Por su parte, Italia, que está en la primera línea de la crisis de refugiados, hizo críticas a la Unión Europea por la gestión de la crisis. El primer ministro, Matteo Renzi, dijo que no era suficiente que la canciller germana, Angela Merkel, llamara primero al presidente de Francia, Francois Hollande, y luego al jefe de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, para que después él se enterara de las conversaciones por la prensa.

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