El hombre en el espejo
“Stand up and lift yourself” (Michael Jackson, Man in the Mirror, 1987).
Todos alguna vez hemos sentido que hemos actuado en contra de nuestras convicciones. Esa mañana en que nos miramos al espejo y no nos sentimos bien. Obligados por presión, simple cobardía, o lealtades malentendidas, actuamos en contra de lo que somos y lo que creemos. Algunos son capaces de convivir con esos ripios. Otros, los de verdad, se rebelan y hacen lo correcto, tal como propone un gurú tan poco probable como Michael Jackson.
Un caso de inconsistencia entre lo que se dice y lo que se hace, que está en vías de transformarse en memorable, es el de Nicolás Eyzaguirre. Lo que le ha pasado es muy difícil de explicar.
Su trayectoria es notable. Músico de talento, orgulloso estudiante de economía en Harvard, brillante ministro de Hacienda, destacado funcionario del FMI, carismático y provocador charlista, rutilante director de medios, la estrella más probable de un gabinete mediocre, zigzagueante y definitivamente confuso ministro de Educación. En tres líneas, la vida de un hombre.
Hace sólo cuatro meses y medio dio una entrevista de antología, que pasará a la historia como el Mea Culpa de Eyzaguirre: “Estábamos en una vorágine de reformas que no íbamos a ser capaz de diseñar ni tramitar sin excesivos conflictos” “Era imposible hacer las cosas a ese ritmo”. Todos nos sorprendimos de su sinceridad desembozada, aunque agradecimos su momento de lucidez. Como era previsible, le quitaron el piso rápidamente.
Ese mismo hombre, transformado en un deslavado ministro secretario general de la Presidencia, ha intentado hacer pasar 7 proyectos clave por el Congreso en un mes, incluyendo Reforma Laboral, Tributaria, Reforma a Partidos Políticos y los temas de Comisión Engel, Carrera Docente, Ley Antidelincuencia y Anticolusión. Un patache digno de un año de trabajo, si se quiere hacer razonablemente.
Los parlamentarios con razón alegaron. Si pueden hacer todo eso simplemente significa que no aportan nada. Y que no aprenden después de la funesta experiencia de apuros de estos dos años.
Eso es bastante obvio.Lo que es insondable es qué pasa por la cabeza de Eyzaguirre cuando se levanta en la mañana y mira el fondo de sus ojos. Qué piensa realmente de todo esto. En qué cree Eyzaguirre. Por qué está dispuesto a estos niveles de inconsistencia tan evidentes. Por qué va cómo un cordero al sacrificio para hacer algo en lo que no tiene fe. Peor aún, que sabe socava las instituciones de Chile. Que intuye le hace mal al país por el que ha trabajado tantos años.
“I´ve got to make that change.Today”. A qué se refería exactamente Michael, es un gran misterio. Por qué un hombre de tantos talentos como Eyzaguirre es capaz de doblegarse de esa forma, luchando con todas sus fuerzas por concretar un error evidente, es otro aún mayor.
*El autor es panelista de Información Privilegada, de Radio Duna - (@grestini).
Lo Último
Lo más leído
1.
2.
4.