IEKaterina es la nueva afición de Katherine Salosny. Para llegar a producir las primeras botellas de su propio vino (a $31.500 cada una), la animadora estuvo trabajando junto al enólogo Álvaro Arriagada durante dos años. El miércoles pasado, finalmente, lo presentó en sociedad, en la tienda Wain.

¿Cómo nace esta iniciativa y este acercamiento a lo vitivinícola?
- Mi gusto por el vino empezó a ir creciendo en la medida que en Chile se fue desarrollando el tema. Tuve la suerte de tener una pareja que me hizo valorar aún más el tema, porque estaba vinculado al mundo del vino. Aprendí muchísimo en esa época, además de tomarle el gusto.

¿Qué significa para usted, siendo una persona pública, tener un vino?
- Me imagino que significa lo mismo que para  alguien que no es público. Estoy feliz de haber realizado un proyecto que quería y, después de un tiempo, ver el resultado. Feliz, también,  porque me encanta cómo quedó el vino. Ojalá que les guste a muchos.

¿Cómo fue el proceso durante la elaboración del vino?
- Me encantó, porque es un proceso que dura un tiempo. Desde nuestras conversaciones con Álvaro para definir el vino que quería, encontrar el lugar dónde comprar la cepa y llevarla a una viña a hacer el jugo, hasta pensar en el nombre que le íbamos a poner. Y bueno, el nervio que te produce cuando después del tiempo de guarda lo pruebas. Paralelamente hicimos el diseño de las etiquetas, elegimos el tipo de botella... en realidad, son un sin fin de actividades para llegar a tener el vino listo.

¿Por qué eliges a Álvaro Arriagada como tu enólogo?
- Alvaro me invitó a esta travesía y me encantó la idea cuando me la propuso hace ya más de dos años. Nos habíamos conocido cuando hacía reportajes sobre Chile para People&Arts y él era el enólogo de la Viña Donoso en Talca.

¿Qué quiere que la gente sienta cuándo pruebe su vino?
- Más bien quisiera que supiera que con IEKaterina quise hacer un homenaje a mis raíces chilenas y rusas y que lo hice con gran pasión.