Pulso

Mozzarella y burrata para todos los gustos

Pomeriggio es como sumergirse en una taberna en algún rincón de Italia, sobre todo por la selección de productos de ese país. Hoy es el único bar de mozzarella de Latinoamérica y está ubicado en la planta baja de CasaCostanera. El lugar ha sido un acierto, pues a la hora de almuerzo y en la noche quedan pocas mesas vacías.

El restaurante no sólo ofrece comida italiana, quisieron también recorrer diferentes zonas geográficas de Europa,  apostando por una cocina mediterránea. En la carta sólo hay cinco tipos de preparaciones en carnes, cuatro de pescados y tres de pastas y arroces. El fuerte son la tablas, entre ellas, la más emblemática es la “Pomeriggio speciale con mozzarella clásica”, que contiene tomate cherry con pesto de la casa, dos cortes de cecinas de prosciutto, salame felino y trozos de grana padano($14.500).

Si de burrata se trata, la fundida sobre salsa de setas silvestres con un toque de aceite de tartufo ($12.800), es la favorita de muchos clientes. “Primero se prepara la salsa y la burrata se introduce  sobre el plato y con el mismo calor se funde”, explica Ernesto Flores, chef del restaurante.

En los fondos, las carnes son una buena opción. Entre ellas está el saltimbocca, un filete de ternera orgánica, prosciutto, salvia y mozzarella fresca sobre una cama de tagliatelle ($8.500). El asado de tira cocinado por varias horas acompañado de papas chalota al oporto mezcladas con otras port nouf ($9.900) es un hit.

En los pescados, además del congrio, pez de roca y el salmón ahumado, este restaurante ofrece langostinos atlánticos en mantequilla con ajo y hierbas frescas con fruta de la estación y ensaladita del huerto ($8.900).

También hay varios tipos de ensaladas bastante contundentes, además de una selección de mozzarellas y burratas que se acompañan con paté de la casa, cecinas gourmet, verduras, quesos, pescado y mariscos. Lo interesante es que en este lugar el cliente puede armar su propia tabla.

Para acompañar estas delicias, Pomeriggio cuenta con una carta que integra una buena variedad de etiquetas y cepas nacionales con otras que traen desde el extranjero.

Los postres son obligación en esta experiencia italiana. Entre ellos recomendamos uno muy bien logrado : crème brûlée de rica-rica ($3.800) o una panna cotta servida en un recipiente bastante especial ($3.500).

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