El impacto de la crisis del coronavirus golpeó con fuerza a la economía el año pasado, lo que fue ratificado por las cifras oficiales del cierre del 2020 dadas a conocer este jueves por el Banco Central (BC).

Según el informe de Cuentas Nacionales, en 2020 la actividad económica se redujo 5,8%, que fue levemente menor al -6% esperado tras conocer los Imacec. Este resultado se explica por la emergencia sanitaria asociada al Covid-19 que afectó la movilidad de las personas y el normal funcionamiento de establecimientos productivos, y constituye el peor desempeño del Producto Interno Bruto (PIB) desde 1982, cuando la economía se contrajo en 11%.

A su vez, con esta caída, el promedio de los tres primeros años de gobierno de Sebastián Piñera (2018-2020) es de -0,4%, cifra mejor a la registrada por América Latina en igual período -una merma de 2,3%, incluido Venezuela-, pero inferior a lo mostrado por el mundo, el cual tuvo un avance promedio de 0,6% en dicho lapso. Para el mandato total de Piñera y considerando un aumento de 6% para el PIB 2021 -el punto medio del Banco Central-, la expansión promedio de la economía sería de 1,2%.

El detalle

De acuerdo al Banco Central, el impacto de la crisis sanitaria en la actividad económica se evidenció principalmente en el segundo y tercer trimestre, con descensos de 14,2% y 9%, respectivamente. Sin embargo, el cuarto trimestre mostró señales de moderación con una variación nula.

Las actividades mayormente afectadas fueron servicios y construcción, destacando en los primeros las contribuciones a la baja de los servicios personales, transporte y restaurantes y hoteles. Desde la perspectiva del gasto, los efectos se reflejaron, principalmente, en un menor consumo de los hogares e inversión.

Las cifras ajustadas estacionalmente y respecto del trimestre anterior, dieron cuenta de una caída de 13,1% del PIB en el segundo trimestre, seguida por incrementos en el tercer y cuarto trimestre de 5,1 y 6,8%, respectivamente.

En ese sentido, el BC menciona que la recuperación estuvo en línea con el levantamiento gradual de las medidas de control sanitario, las medidas económicas de apoyo a los ingresos de los hogares y el retiro de una parte de los fondos previsionales. Lo anterior incidió principalmente en el resultado del comercio, desde la perspectiva del origen, y en un mayor consumo por parte de los hogares, desde la perspectiva del gasto.

Consumo, la variable que repuntó

En términos anuales los indicadores de la demanda cayeron fuertemente: el consumo de los hogares retrocedió 7,5%, mientras que el del gobierno lo hizo en 3,9%. Así, el consumo total se contrajo 6,8% en el año. La inversión por su parte, anotó una caída de 11,5%, donde tanto el componente maquinarias y equipos, como construcción, registraron caídas similares, con un -11,8% y -11,3%, cada uno. Con ello, la demanda interna se derrumbó 9,1%.

Pero este magro escenario de la demanda interna tuvo un repunte en el cuarto trimestre. El consumo total aumentó 4%, favorecido por el consumo de los hogares, que subió 4,1%, y el del gobierno, que tuvo un alza de 3,5%. Esta es el primer avance que anota esta variable desde el tercer trimestre de 2019, es decir, previo al estallido social.

Los economistas concuerdan en que los factores que impulsaron esta variable es el retiro del 10% de los fondos de pensiones, pero también las ayudas del gobierno, entre las que se destacan el Ingreso Familiar de Emergencia, los bonos y préstamos. A ello se suma la política expansiva que ha mantenido el propio ente rector.

Martina Ogaz, economista de Euroamerica, comenta que “el BC destaca sobre todo el impulso que dio el mayor consumo de bienes durables durante el segundo semestre”. De hecho esta variable avanzó 22,2% en el tercer trimestre y 38,6% en el cuarto. En tanto, los bienes no durables tuvieron un alza de 9,3% en la última parte del año. Alejandro Alarcón, académico de la Universidad de Chile, puntualiza que “sin duda el consumo aumentó por el retiro del 10%, ese es el efecto bueno del retiro, pero el malo es que hay 35 mil millones de dólares menos en las cuentas de capitalización individual”.

Los expertos afirman que el mayor impulso que ha dado el retiro del 10% y los bonos se mantendrán durante este primer trimestre, sin embargo, concuerdan que para el mediano plazo no es sostenible, puesto que eso solo será factible en la medida que se vaya recuperando el mercado laboral y por ende, el ingreso de las personas.

En ese sentido, Sergio Godoy, economista jefe de STF Capital, sostiene que este impulso “es altamente probable que continué en el primer trimestre. Los estímulos han continuado y las medidas de cierre no se han profundizado lo suficiente para detener el momentum. Además, el mercado laboral algo ha mejorado”. Pero para Alarcón este efecto no debería extenderse más allá de estos primeros tres meses. Incluso para él, “ya está prácticamente diluido, y por ello, hay que estar atentos a ver cómo el consumo se recuperará de la mano del empleo y del ingreso de las personas”.

Perspectivas

Con este cierre de año, las perspectivas para 2021 se comienza a acercar más al punto medio que fijó el Banco Central en el último Informe de Política Monetaria (IPoM) de diciembre donde estableció un rango de crecimiento entre 5,5% y 6,5%, e incluso hay economistas que no descartan una expansión del orden de 7%.

Ricardo Consiglio, economista jefe de Zurich, menciona que “el resultado del cuarto trimestre confirma la recuperación económica de la economía en la última parte del año, donde efectivamente el consumo sigue siendo el principal driver impulsado tanto por el retiro de los fondos de pensiones como por el estímulo fiscal”.

Desde Santander afirman que “Las nuevas cifras de actividad, un mejor escenario externo y el avance del proceso de vacunación a nivel local, nos llevan a revisar nuestra estimación de crecimiento para el año hasta un rango de 6%-7% desde un rango previo 5,5% - 6,5%”.

Pablo Cruz, economista jefe de BTG Pactual, añade que las cifras muestran una rápida recuperación de la actividad durante la segunda mitad del año pasado. “Estas cifras confirman el sesgo al alza que teníamos para nuestra proyección de 6% a 7% de crecimiento para este año”. Misma previsión tiene Banchile que ahora espera un PIB de 6%.

En Itaú, el registro del cuarto trimestre fue mejor que lo esperado por del mercado, basado en el Imacec, mientras que revisiones al alza del tercer y cuarto trimestre mejoraron el impulso al cierre de 2020. Para Itaú, este cierre de año “sesga al alza nuestra proyección de crecimiento del 6,5% para este año”.

En BCI, su economista jefe, Sergio Lehmann, comentó que “la evolución trimestral, reconoce que la economía está recuperándose, lo que debería sostenerse hacia delante. El escenario externo más favorable y el avance en el proceso de vacunación son los principales fundamentos detrás de ello”. Por ello, ajustaron su previsión para el año desde 5,8% a 6%.