Vacunas Covid-19 y circulación de nuevas variantes del virus: ¿Qué tanto nos protegen frente a las mutaciones del Sars CoV-2?

Las nuevas mutaciones del virus Sars-CoV-2 que se están propagando han encendido las alarmas en los países sobre la efectividad de las inoculaciones y cuestionando la duración de la inmunidad de las actuales vacunas.


Las nuevas cepas del Covid-19 se están replegando por todo el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la variante detectada en el Reino Unido ya se encuentra presente en más de 50 países, y la variante encontrada por primera vez en Sudáfrica, hoy está en 20 naciones.

La mutación de un virus es natural dentro de su naturaleza, por definición un virus muta. Esto se produce por errores en su proceso de replicación, lo que lleva a formar variantes que pueden ser más contagiosas, más letales o bien, este cambio en su información genética las podría transformar en agentes más débiles y finalmente acabar con su circulación.

Hoy en plena pandemia, con más de 109 millones de casos y casi 2,5 millones de fallecidos

Sin embargo, a la identificación de las nuevas cepas y su mayor contagiosidad se le sumó otro preocupante dato. Científicos británicos han afirmado que la cepa de Sars-CoV-2 encontrada en su territorio (denominada como B.1.1.7), sería desde un 30 a un 70% más mortal que el virus original y que otras variantes que están circulando.

Esto abre el debate sobre el proceso de vacunación y qué tan efectivo será para enfrentar las mutaciones del Sars-CoV-2 que están propagándose por los países.

Respuesta de las vacunas ante variantes del virus

Ante la preocupación por la efectividad de las vacunas, las principales farmacéuticas han realizado estudios para ver si sus inoculaciones pueden contrarrestar los efectos de las nuevas cepas.

A principios de enero, la farmacéutica Pfizer afirmó que su vacuna creada en unión con BioNTech “parece eficaz contra una mutación clave” de las variantes británica y sudafricana del coronavirus. A finales del mismo mes, Moderna también anunció que su inmunización protege contra las variantes detectadas hasta la fecha. No obstante, estarían trabajando en una dosis adicional para brindar aún más protección.

Pese a la confirmación de las principales farmacéuticas, estas dos vacunas se basan en el mismo principio que es el ARN mensajero, el cual, una vez inyectado, el sistema inmunológico del cuerpo empieza a producir anticuerpos, preparando al organismo para un posible contagio.

Sin embargo, Chile recibirá por parte del laboratorio Sinovac las vacunas Coronavac, inyección que ocupa otro mecanismo, que es inocular con el virus completo inactivado, técnica tradicional que podría traer ventajas ante las variantes del coronavirus.

Según Alexis Kalergis, director del Instituto Milenio en inmunología e Inmunoterapia (IMII) y jefe del estudio clínico de fase III de la vacuna Coronavac al usar ese método, la vacuna de origen chino tiene una “virtud” por sobre las otras, y es que al tener el virus inactivo completo, posee todos los componentes del patógeno, lo que permitiría generar una respuesta inmune integral porque el organismo de la persona que reciba esta vacuna podrá responder contra todos los elementos del virus.

Para Ignacio Silva, infectólogo y académico de la Dirección de Postgrados de la Facultad de Medicina de la U. de Santiago, señala que hasta ahora existen varios estudios en curso para evaluar la eficacia de las distintas vacunas con las distintas variables del virus. Sin embargo, no hay nada categórico hasta ahora que indique una disminución significativa de la eficacia de las vacunas actuales en el mercado.

Rafael Medina, virólogo y profesor asociado del Departamento de Enfermedades Infecciosas e Inmunología Pediátrica de la UC explica que en general, no es posible que una mutación pueda inutilizar por completo una vacuna, debido a que la molécula es muy grande. Lo que sí puede pasar, es que, con el paso del tiempo, la inoculación vaya siendo cada vez menos efectiva.

Ante las nuevas variantes, Silva indica que esto va a hacer que los distintos laboratorios vayan adaptando sus vacunas a las mutaciones del virus, como se ha hecho para la influenza. Pero lo favorable, menciona el académico, es que ya se cuenta con las plataformas, la tecnología y la estructura de la vacuna para que se vaya actualizando las vacunas con el paso del tiempo. Además, al contar con múltiples vacunas con distintos mecanismos de acción, si una perdiera la eficacia ante el virus mutado, otra podría ir en reemplazo de esta.

Medina es cauto al añadir que antes de pensar en un cambio muy drástico, se debe pensar si realmente el cambio total de una vacuna va a generar más eficacia que hacer una actualización rápida a la actual. El virólogo agrega que la estrategia de ver nuevas versiones debe ser en paralelo al proceso de inoculación y ver si se debe hacer a nivel mundial o solamente local (por ejemplo, en países donde las mutaciones han predominado), o seguir el método utilizado para la influenza de ocupar más de un componente dentro de la vacuna para dar protección ante más cepas.

Para Silva, la vacuna que inoculará a la mayoría de la población chilena tiene una “ventaja” en relación a las otras, ya que al no estimular una respuesta inmune en una proteína específica, su eficacia general podría ser mayor a las demás que sólo se concentran en crear una respuesta inmune en un elemento en particular.

No obstante, el infectólogo advierte que esto no debe generar una confianza y se debe pensar a futuro, y cuando el virus empieza a mutar con mayor frecuencia, se tendrá que ir modificando las vacunas anualmente para poder cubrir las nuevas cepas que se vayan generando en el tiempo y estar preparados para una inoculación anual ante estas nuevas variantes como se hace con otras enfermedades como la gripe.

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