“La hemos vivido, la hemos querido inventar, de alguna manera sonaba mientras pedíamos, desafiábamos, rogábamos”, escribe Alejandro Zambra al describir la primera canción de  Antártica en el texto de la carátula del disco. Pero la sensación podría extenderse a los otros diez temas del que parece el mejor trabajo de los seis que hasta ahora ha firmado Leo Quinteros. Los versos, austeros, caen sin alardes sobre arreglos eléctricos también contenidos. Pero es tal la fuerza emocional de lo que Quinteros ha urdido, que la fina medida con que la encauza sólo agudiza la conmoción que se produce en quien escucha. Frases secas, dirigidas a una segunda persona a la que se despide, se recuerda o se increpa con más resignación que dolor (“lo hemos hablado tanto / creo que hasta el cansancio / Dime si te debo algo más / o estamos”). Los años y las grabaciones le han revelado a Quinteros -cuyo timbre es de una calidez excepcional en la nueva cantautoría local- la inesperada belleza que puede haber en la aparente aridez de una música que decide no distraerse con adornos, y concentrarse en lo que sostenga mejor un sentimiento sintetizado en tres minutos. Voz, cuerdas, experiencia vital. Estamos.

Lanzamiento de “Antártica”, de Leo Quinteros. Viernes 30 de agosto, 21 h, Matucana 100.