El Niño: las consecuencias que podría tener el potente fenómeno para Chile

Las consecuencias que podría tener el potente fenómeno de El Niño que pronto llegará a Chile. Foto: Sebastián Beltrán/Agencia Uno

El Niño sucedió el 2016 y, ahora, los expertos advierten que llegó nuevamente, trayendo consigo el pronóstico de posibles catástrofes naturales, como incendios, sequías e inundaciones.


La última visita de El Niño fue en 2016 y sus efectos, sin duda, no los ha olvidado el mundo y menos Sudamérica. Trajo consigo graves sequías, incendios forestales, inundaciones y pérdidas económicas significativas en nuestra parte del continente.

Pero ahora, los científicos alertaron que está de vuelta y que pronto llegará también a Chile. Pero, ¿de qué trata este fenómeno y cuáles son sus posibles consecuencias?

El Niño: las consecuencias que podría tener el potente fenómeno que pronto llegará a Chile

Qué es El Niño

Se trata de un fenómeno climatológico natural, es decir, que no es provocado por el humano, que ocurre en el Océano Pacífico: la temperatura del agua aumenta, lo que puede provocar cambios en el clima del resto del mundo.

A su vez, es parte de un fenómeno más grande, conocido como Oscilación del Sur El Niño (ENSO), que también tiene una fase opuesta llamada La Niña, donde sucede todo lo contrario, pues la temperatura del agua de la región tropical es en realidad más fría de lo normal y también tiene efectos significativos.

Pero concentrándose en El Niño, el calentamiento del agua puede provocar cambios en los patrones del viento y en la circulación de la atmósfera, por lo que es posible que el clima se vea afectado y cause graves sequías e inundaciones.

Perú se vio afectado por las inundaciones que provocó El Niño. Foto: Getty

Aunque hay países más propensos que otros a sufrir catástrofes naturales de este tipo, como Perú y Ecuador, según establece Ángel Adames Corraliza, profesor de Ciencias Atmosféricas de la Universidad de Wisconsin, a BBC Mundo.

Sin embargo, afecta a todo el mundo. Es por eso que en 2016 vimos cómo en el norte de Australia ocurrían sequías intensas y fuegos, mientras que en Sudamérica se producían fuertes lluvias.

El experto aseguró que existe una preocupación general, en especial porque El Niño se ha pronosticado como potente en esta ocasión, por lo que está asociado a “eventos meteorológicos extremos”.

“Estamos hablando de la posibilidad de ver eventos meteorológicos extremos que no tienden a ocurrir comúnmente, porque El Niño básicamente cambia el clima. Así que vemos cosas que no son usuales en las diferentes regiones. Esa es una razón para preocuparse”, afirmó.

El Niño provocó grandes incendios en Australia.

El Niño en Chile y el resto del continente

“El primer impacto que se ve es el calentamiento fuera de las costas del Perú. Este año, si no se rompió el récord, está casi por hacerlo. Está extremadamente cálido y hemos visto unos aguaceros con una intensidad y fortaleza que no se ven comúnmente, excepto cuando tienes esas temperaturas bien altas, causando tremendas inundaciones, deslizamientos y pérdidas de vidas y de recursos materiales”, explicó Adames.

En Chile, al menos, la meteoróloga Catalina Cortés pronosticó lluvias “sobre lo normal en la Región de Coquimbo”, mientras que entre Valparaíso y Los Lagos, la cantidad de agua que caerá sería “bajo lo normal”.

Sin embargo, el pronóstico para la zona central de América no es tan bueno. Adames alertó que si El Niño sigue aumentando la temperatura oceánica, podría haber una temporada de huracanes más activa para la costa oeste de México y para Hawái.

También contó que, aunque sigue siendo objeto de estudio, hay indicios de que El Niño cause sequías en el Caribe, afectando a Cuba, República Dominicana y Puerto Rico, fenómeno que podría extenderse desde Panamá hasta Honduras.

“En general, los impactos tienden a ser más de calor y sequía para Latinoamérica, pero los efectos más grandes tienden a ocurrir en la ladera occidental de los Andes y las montañas que predominan en América Latina. Así que estamos hablando de Lima y de todas las ciudades grandes que hay en esa región costera del lado del Pacífico de Sudamérica que tienden a recibir impactos bien grandes en términos de aguaceros y calor”, apuntó Adames.

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