El agua, un recurso escaso




Tuve la oportunidad de asistir a un novedoso seminario sobre Recursos Naturales y Seguridad organizado por el Ejército de Chile. Expositores nacionales y extranjeros abordaron temas relacionados con el efecto de los recursos naturales sobre el desarrollo y la seguridad del país. Me resultó de especial interés el caso del agua, en que las proyecciones del World Resource Institute sugieren que hacia 2040 Chile será uno de los países que -como consecuencia del desarrollo y del cambio climático- tendría una aguda escasez del mencionado recurso.

Tenemos la oportunidad de escapar a ese peligro. En Chile más del 80 por ciento del agua escurre al mar. Y según la estrategia nacional de recursos hídricos, si bien tenemos déficits hídricos en el norte del país, tenemos excedentes muy significativos en el sur, que compensan con creces la anterior deficiencia. Lo que sucede es que -debido a regulaciones y costumbres imperantes- no hemos realizado las obras de infraestructura necesarias para aprovechar adecuadamente el agua.

El agua en Chile es y ha sido un bien nacional de uso público, en que sin embargo, por la asignación de los derechos correspondientes, se le ha otorgado a los privados el uso, goce y disposición del recurso (ley Nr.8944 de 1948). El sistema fue evolucionando hacia uno en que -en lo principal- los caudales fueron y están siendo administrados por asociaciones y/o comunidades de regantes. Es más, hasta 1979 estos derechos eran inseparables de la propiedad de los terrenos que regaban (Ugarte 2003).

Pues bien, mediante el DL Nr. 2603 de 1979 se confirmó la titularidad de los mencionados derechos de aprovechamiento del agua, pero se separó el avalúo de los terrenos de aquél de los derechos hídricos. La intención fue fortalecer los derechos de propiedad correspondientes y crear un fluido mercado del agua, lo que solo ha sucedido parcialmente. Conspiraron contra ello las características de los entes que administran el agua y los sistemas de distribución que usan. Es por ello urgente modificar las disposiciones pertinentes para facilitar que en el sector operen empresas por acciones que tengan la capacidad de hacer importantes inversiones e de innovar en la materia que nos concierne.

Un país crece cuando se van abriendo nuevas oportunidades de inversión. El progreso tecnológico es una fuente de creación de tales ocasiones, pero también lo son aquellas reformas institucionales que generen -para una tecnología conocida- los incentivos para aprovechar mejor los recursos disponibles. Chile tiene abundantes recursos hídricos, pero muy mal aprovechados. Tanto así, que podríamos llegar a duplicar la producción agrícola en relativamente pocos años si es que -mediante cambios legislativos y regulatorios- generamos las oportunidades de inversión en sistemas de captación, almacenamiento, canalización y distribución de aguas de última generación.

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