Aleteos hacia la adultez




La primera novela de Gonzalo Eltesch, Colección particular, está centrada en la existencia de un joven solitario que estudió Literatura y que ha decidido dar cuenta de su vida considerando varios episodios de infancia y juventud. Entre los fragmentos del relato, el narrador, llamado Gonzalo Eltesch, intercala ciertas consideraciones mínimas del presente, algunas relacionadas con una mujer un tanto misteriosa ("No pude convencerla de que el sexo era una buena manera de olvidarla"), otras con la suerte que corrieron los personajes principales y, finalmente, las que hablan de la obra en sí: "Buscar la manera de escribir una novela sin ficción. Como dibujar un ser humano sin esqueleto, sin ornamentos, nada".

Escrita a través de episodios más o menos cortos, la novela plantea la posibilidad de la autobiografía con tintes de traición (escribir sobre los otros siempre puede ser un acto de traición, algo así parece pensar el autor). Pero no todo está exactamente fijado en la realidad, y así se encarga Eltesch de hacérselo saber ver al lector: "¿Y tu hermano, por qué no existe? Lo eliminé, respondí. No quedaría bien el texto con tantos personajes. Se me podría escapar de las manos. Me cae bien tu hermano, dijo. Qué bueno, creo que respondí".

Además de Gonzalo Eltesch ("Cuando en ese tiempo llegabas a Chile, en la notaría anotaban tu nombre tal como lo escuchaban, y ya está, lo inventaban, y escucharon uno que claramente no era libanés, quizás alemán, sueco, pero no libanés. Creo que mi soledad tiene que ver con esto, con mi apellido que no es lo que debería ser. En mí hay una equivocación de origen"), en la novela figuran descritos su padre, su madre y su abuela materna. Siendo niño, Eltesch, que nació en Valparaíso, se mudó a Santiago junto a su madre a vivir en la casa de la abuela. Ella no le demostró mucho cariño al muchacho, aunque las razones del desafecto no fuesen responsabilidad de él. La compensación amorosa está dada por la lealtad de una madre comprometida.

El padre del narrador es dueño de un negocio que vende antigüedades en Valparaíso. La tienda, que heredó de su progenitor, es supuestamente la más antigua de la ciudad dedicada a ese rubro (sin embargo, hay otro anticuario que disputa el hecho). Aunque el lugar es espacioso y está repleto de objetos, no se puede decir que a su dueño le interese demasiado el comercio. La honestidad y cierta modorra existencial pueden ser la causa de lo anterior. "La poética de la tienda de mi padre incluía polvo, mesas cojas y porcelanas resquebrajadas". El negocio fue alguna vez visitado un par de veces por Neruda y una vez por José Donoso.

Valparaíso es también un personaje del libro gracias a un recurso muy bien logrado: intrincado entre los pormenores del relato principal, se desarrolla un paseo que emprende el narrador junto a esa mujer misteriosa a la que no es capaz de amar. Él hace las veces de guía turístico y, según declara, su Valparaíso era el plan, no los cerros. "Valparaíso es lo que fue, y lo que nunca llegará a ser. Es los perros con tiña, la basura, el olor a orina, las botellas de cerveza quebradas, los incendios, los terremotos, los cerros lejos y tan cerca, el cementerio en Playa Ancha donde están enterrados mis abuelos y donde corre un viento endemoniado".

Colección particular es una novela que trata de los primeros aleteos en el mundo adulto, una narración con una fuerza y con una belleza peculiares, ambas sustentadas en un lenguaje simple y en la posición honesta del que narra. Una novela que entrelíneas trasluce mucho oficio, aunque en apariencia a más de alguien todo el asunto pueda parecerle de una facilidad enorme, si bien en ello, en esta percepción errada, también se hace evidente el talento narrativo de Eltesch.

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