¿Atrasados o retrasados?




Hace menos de una semana tuve una discusión en Twitter acerca del uso de términos que en el español suelen cambiar el sentido de las frases. Desde la típica discusión acerca de si es "sustentabilidad o sostenibilidad", "residuo o desecho", e incluso "precisión o exactitud". A mi juicio, esta discusión no es menor, dado que la tendencia en nuestro país es hacia la judicialización y donde grupos de abogados discuten hasta la más mínima interpretación de los mismos.

En este sentido, uno de los recelos que poseo en el avance de los temas de inserción de nuevas fuentes de energías renovables, es su poca conexión con otros temas de índole social, y que bajo una mirada de largo plazo, conllevan a pensar que volveremos a quedarnos atrás. Si bien "atrasarse y retrasarse" parecen ser sinónimos, se perciben matices muy sutiles en su uso. Para que lo entienda, atrasarse es 'quedarse atrás', y retrasarse es 'llegar tarde', siendo un buen ejemplo el decir: "No te atrases, sigue caminando que nos retrasaremos" y no al revés, "No te retrases, sigue caminando que nos atrasaremos".

En temas energéticos, Chile se ha impuesto metas tanto en temas de energía como de emisiones, pero sin reparar en el cómo, o confundiendo que el cómo condiciona a su vez otros procesos en la obtención de un resultado. Esto nos pone en riesgo de "atrasarnos" en el ámbito de desarrollar una industria de tecnologías limpias como también a "retrasarnos" en alcanzar las metas propuestas; metas que ya hemos cambiado de fecha, en especial si éstas son dejadas a "soluciones de mercado".  ¿A qué me refiero?

En estos últimos meses hemos celebrado proyectos de tecnología termosolar o incluso la inserción de proyecto de Net Metering, sin reparar suficiente en  lo que esto va a conllevar. Ya es sabido que el costo energético de producción e instalar un KW favorece la inserción de energías renovables no tradicionales y que existen leyes de fomento que "facilitan" las condiciones a que el mercado resuelva los procesos de generación por medio de la compra de plantas, como si usted comprara una pila. Pero, ¿de qué nos estamos olvidando?.

La inserción de nuevas tecnologías se está realizando por medio de la compra de las mismas en mercados de los cuales no somos parte. Esto, con el fin de no llegar "retrasados a la metas" que nos hemos impuesto. Como no estamos desarrollando nada, la compra de éstas, al no estar ligada a temas de innovación y desarrollo, nos están dejando "atrasados" tanto en la generación de conocimiento como en la formación de nuevos profesionales. Es decir, estamos comprando la generación de conocimientos, innovación y desarrollo de otros que ya han resuelto estos temas. La poca interconexión o falta de comprensión de la ligazón en estos temas, con aspectos de formación de nuevos profesionales y técnicos, no avanzan al paso deseado.

Nos hemos olvidado que el inicio de los desarrollos de estas tecnologías datan hace más de 30 años en los respectivos países de origen que se encuentran a la vanguardia. Su promoción en esas naciones nunca fue determinado por la "oportunidad de negocio" o para que "el mercado resuelva", sino más bien, con la finalidad de invertir en universidades e institutos de investigación para transformarse en los principales desarrolladores a nivel mundial, forjando una nueva revolución industrial. A consecuencia de esto, esos mismos países se transformaron en  líderes proveedores con fuertes nexos con los institutos que los desarrollaron.

En este proceso, aquellos países formaron generaciones de doctores y magister en áreas especificas, quienes encontraron espacios no sólo en la academia, sino en las industrias que se desarrollaron gracias a una estructurada política industrial. Es más, sus ecosistemas de innovación permitieron que muchos emprendieran en los más diversos ámbitos sustentados sobre las áreas primarias, haciendo posible observar innovaciones avanzadas desde sistemas fotovoltaicos flexibles, hasta nuevas pantallas eficientes o diseño de sistemas de baja energía en complemento de otras tecnologías más consolidadas que abrieron las puertas a numerosas Pymes en diseño de sistemas de aislación, iluminación y eficiencia energética. Esta es la causa que en los países de mayores niveles de innovación se puedan hoy encontrar una multiplicidad de opciones en temas de nuevas tecnologías y aplicaciones a diversos ámbitos de la sociedad. Estas mismas innovaciones ya permiten acuñar conceptos como ecorenovación o desarrollo de ciudades sustentables, dado que estos mismos desarrollos ya se apalancan en una industria consolidada. ¿Tenemos proveedores –no vendedores– que estén dando este paso en desarrollos?

Finalmente, un caso ejemplar. Hemos celebrado el reciente documento asociado a Net Metering que tomó años, pero con un reglamento que es imposible de entender a nivel de usuario. Más allá de entrar en discusiones de si éste genera o no lo beneficios esperados para "crear mercado", olvidamos que en Alemania ésta se desarrolló con el fin de promover la Investigación y Desarrollo cuando aún no era rentable. Hoy todos miramos a Alemania como modelo, pero somos incapaces de relacionar el contexto histórico del desarrollo de tal normativa y las consecuencias de la misma actualmente.

Como siempre, Chile está dejando en las manos del mercado que resuelva los problemas de coyuntura (suministro), pero dejando fuera lo que de fondo debemos resolver y que se basa en el fomento de la I+D. Es por esto que continuamos dándonos vuelta en estudios, comisiones y evaluar costos de una tecnología sobre otra, sin reparar en que quizás pudiéramos poner foco en los desafíos y oportunidades que éstas nos presentan.

Finalmente, lo peor. De acuerdo al último informe de Foro Económico Mundial, el principal desafío de la economías emergentes y en transición estará relacionado al uso del recurso hídrico, determinación de su uso, eficiencia y conflictos con temas energéticos. ¿Qué estamos trabajando para desarrollarnos en estas áreas? ¿Están los presupuestos en Investigación y Desarrollo incorporando estas variables con tal de focalizar recursos para forjar una nueva industria, o pasará lo mismo que lo que está ocurriendo hoy en materia energética? En este contexto, la propuesta de un Ministerio de Educación Superior y Ciencias parece salido debajo de la manga y en respuesta a una exigencia de un grupo de interés, en vez de ser puesto como palanca de desarrollo bajo una perspectiva holística. Al parecer la evidencia nos está mostrando que el camino no lo estamos entendiendo o estamos adoptando las mismas políticas al estilo del "copy and paste" camuflándolas de transferencia tecnológica. Quizás, la primera gran innovación está en el desarrollo de nuevas políticas públicas que en estos temas nos permitan salir de la tan conocida frase de seguir haciendo las cosas al "business as usual", o en buen chileno, "haciendo más de lo mismo" y donde al parecer la innovación aún no alcanza.

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