El triunfo gremialista en la UC
El gremialismo regresó a la FEUC. Pasaron seis años de mandato del NAU para volver a presenciar un nuevo triunfo del movimiento estudiantil con más tradición en la UC y en el país. Dicho triunfo, no obstante, no es azaroso. Por el contrario, fue posible por varios motivos identificables. Y expresa, a la vez, señales y desafíos claves a considerar.
En relación a las razones que explican el triunfo, es posible reconocer, primero, que la última gestión del NAU fue bastante discreta. No pudieron sacarse la imagen de "oficialistas" y de poco críticos e influyentes respecto del debate de la reforma educacional. De hecho, esta vez Crecer (movimiento ubicado más a la izquierda) estuvo prácticamente a un punto de desplazar al NAU y evitar que éste pasara a segunda vuelta. También fue clave para el triunfo el hecho que tanto el candidato a presidente FEUC del MG (Ricardo Sande), como el candidato a consejero superior (José Antonio Guridi), hayan tenido antes una exposición dentro de la universidad en calidad de presidentes de centros de alumnos de sus respectivas carreras. Aquella experiencia demostró ser muy útil al momento de debatir con las otras listas, así como también para el manejo estratégico de su campaña. Por último, esta lista dio lección respecto de un factor que en política es clave, cual es que no basta con defender las ideas en que se cree, sino que hay que promoverlas con decisión y en conjunto. Eso fue lo que hicieron los jóvenes de naranjo; se cargaron de un relato que transparentó su visión de universidad y de sociedad, cuestión que permitió se diferenciaran de un NAU que al final no tenía más discurso que "evitar que gane el gremialismo". Dicha actitud contribuyó decisivamente, a mi juicio, al ambiente de triunfo que se fue generando dentro de la universidad.
Por otro lado, el triunfo de Sande y su directiva expresa, a modo de señal, que las ideas gremialistas están plenamente vigentes. Sobre todo si consideramos que este resultado se da en un contexto de crítica transversal a las ideas que atentan contra la libertad de educación que ha venido promoviendo el gobierno. En ese sentido, el triunfo del MG-UC es un aporte clave que se suma al esfuerzo que otros gremios (asociaciones de apoderados, emprendedores, consumidores, etc.) han realizado autónomamente para organizarse en pos de la defensa de una sociedad libre, y demuestra además que el gremialismo no es una ideología política, sino una doctrina que reconoce transversalmente la autonomía y el valor de ser de cada asociación.
Por eso mismo, Sande tiene hoy un desafío importante, que en ningún caso contradice la doctrina gremialista, cual es lograr influir desde su rol de dirigente estudiantil en el debate sobre la reforma educacional. Pues, si parte del relato que llevó al triunfo al gremialismo fue su postura crítica respecto de dicho proyecto, entonces la nueva directiva FEUC tiene una oportunidad inmejorable de colaborar protagónicamente para contribuir al debate y al mejoramiento de dicha reforma.
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