Enseñanza Media y competencias




Esta columna fue escrita junto a Carmen Gloria López.

LA PROPUESTA del Ministerio de Educación de Bases Curriculares de 3° y 4° año de Educación Media publicada para el debate tiene propósitos loables, como formación integral, equidad entre la educación científica humanista y técnico profesional, y poner al estudiante como sujeto activo de su aprendizaje, conceptos de vanguardia en la educación en el mundo. El documento declara que se requiere una educación que prepare a los estudiantes para seguir aprendiendo a lo largo de la vida, allane el camino a la Educación Superior y fortalezca la empleabilidad. Luego propone que la definición curricular incorpore el desarrollo de cuatro habilidades para toda la enseñanza media: pensamiento crítico, creatividad, comunicación y colaboración-participación. Para una implementación correcta, sin embargo, se requieren enmiendas mayores.

La propuesta crea un plan común en tres áreas: Lengua y Humanidades, Ciencias y Sociedad y Desarrollo Personal. Cada una define asignaturas y objetivos de aprendizaje, con deficiencias para implementarlos y con dudosa pertinencia a los objetivos planteados. Así, en historia, geografía y ciencias sociales un objetivo de aprendizaje de 3º medio es "comprender la realidad como resultado de la interrelación de fenómenos y procesos espaciales y temporales". Para 4° se plantea: "Evaluar críticamente la multidimensionalidad y multiescalaridad de los fenómenos y procesos que han configurado su realidad local".

Estos objetivos se expresan en un lenguaje confuso, que se repite en prácticamente todos. La ausencia de ideas prácticas, para la vida diaria, para el trabajo o para la continuación de estudios, hace difícil a cada profesor llegar al aula. Ello requiere un lenguaje preciso, sobrio, directo, que tenga bajada en todos los liceos de Chile y que muestre cómo enseñar y evaluar progresos.

También surgen dudas sobre la contribución de algunos objetivos. Así, en aquellos pedagógicos de lenguaje del plan común se señala como el primero "comprender cómo dialogan los géneros literarios con otros géneros discursivos y otras manifestaciones artísticas".

El instrumento Codice, test de habilidades que considera ¨comprender, analizar-interpretar, inferir globalmente y evaluar", muestra resultados muy pobres en estudiantes de Derecho de una de las universidades más selectivas de Chile. En la educación superior técnico profesional esos problemas en los estudiantes novatos se exacerban por falta de competencias más básicas. Plantear como primer objetivo el diálogo de géneros literarios es simplemente inalcanzable sin un cumplimiento cabal de otros simples que lo sustenten.

Paradójicamente, la asignatura de Educación Ciudadana, que podría ser más compleja en definir sus objetivos de aprendizaje, es lograda en claridad, simplicidad y profundidad; el estudiante deberá "Analizar críticamente el sistema democrático en Chile y su impacto en la vida cotidiana, a la luz del principio de justicia social y los derechos humanos, cívicos, sociales y medioambientales".

La propuesta requiere reformular sus objetivos de aprendizaje y el modelo de competencias, propio, pero no exclusivo de la educación técnico profesional, es especialmente adecuado. Su uso haría factible la implementación de un currículo que contribuya a la declaración de principios e ideales que hace el Mineduc y verificaríamos una contribución metodológica directa desde el sector técnico profesional.

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