Gotham: Gótica antes de Batman




Es como los Rolling Stones versus los Beatles, o ser de River o de Boca: como espectadores, solemos elegir entre el Batman de Tim Burton (con Michael Keaton como el hombre murciélago y la grandiosa gatúbela que fue Michelle Pfeiffer), o el Batman de Cristopher Nolan (con Christian Bale como Bruno Díaz y esa inmortal actuación de Heath Ledger como el Guasón). El primer director ponía a Nueva York mezclado con Londres como Ciudad Gótica, la capital del crimen donde el justiciero millonario pone orden, mientras que Nolan transformó a su ciudad, Chicago, en la urbe del cómic.

En la nueva serie Gotham -lunes a las 23 horas por Warner Channel-, Ciudad Gótica es, bueno, Ciudad Gótica (con inspiraciones de Manhattan). Y eso es lo mejor de la nueva producción -de las más esperadas del año y la apuesta de DC Comics para comenzar a pelearle terreno a Marvel y sus Vengadores-: la estética de Gotham viene desde el cómic, en encuadres de cámara, colores y escenografías. Eso, mezclado con la tonalidad y narrativa de la novela negra. Gotham tiene atmósfera, una pensada para los fanáticos de las historietas, pero lo suficientemente amable para darles la bienvenida, además, a quienes conocen a Batman sólo de la pantalla grande.

Porque ese es el peligro aquí: que no enganche con su público cautivo, porque de seguro debe cometer varios sacrilegios ante los ojos de los entendidos en historietas (quien escribe se declara incompetente en la materia) y tampoco invitar a espectadores amateur. De hecho, eso es lo que sucede con la serie Marvel Agents of Shield: aunque uno vea en el cine las cintas de Iron Man y compañía, esa serie no es de mayor interés para los que no están activamente interesados en ese mundo.

En sus dos primeros capítulos, esta precuela nos ha presentado a todos los conocidos (y queridos) villanos de Gótica: una silente gatúbela, un pingüino un poco sobreactuado, un acertijo que de seguro dará para más, y a la líder de la mafia (Jada Pinket Smith), una feliz recién llegada a este universo. Quien los enfrenta no es Batman, pues sólo tiene 10 años y queda bajo el cuidado de Alfred cuando sus padres son asesinados. El justiciero acá es el siempre noble comisionado Gordon, y hasta el momento esta serie es un policial disfrazado, porque hay un caso a resolver por semana. Gordon es interpretado por Ben McKenzie, quien parece tener siempre la misma edad que cuando protagonizó The O.C.: 35 con aires de cincuentón. Le da corazón al personaje, y es lo suficientemente atractivo para echarse la serie al hombro.

Aunque realmente lo que sostiene Gotham, que es buena, pero no para desmayarse tampoco (hay que mejorar los casos policiales), es el universo creado entre personajes y edificios, esa ciudad oscura donde todos parecen haber olvidado la bondad y el camino correcto y donde años más tarde ese niño vestirá capa y pondrá orden.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.