Jay-Z 4.44: El arrepentido
Jay-Z pisa otros terrenos peliagudos. En The Story of O.J. se mete nada menos que con la comunidad judía -"¿alguna vez te has preguntado por qué los judíos tienen toda la propiedad en América?"-, y ya fue tildado como antisemita. En Family Feud, con Beyoncé en los coros, Jay-Z se instala en la posición de un capo que cuestiona las habituales peleas de raperos, en este caso entre representantes de generaciones distintas.
Mientras las letras son elocuentes, vívidas y confesionales, a la altura de la reputación de buena pluma que permitió a Jay-Z el reciente ingreso al Salón de la fama de los compositores -por lo demás, el primer rapero en esta instancia-, la composición musical es sencillamente secundaria, decorativa, a ratos tediosa. Su fraseo puede ser característico pero el armazón que envuelve los poderosos versos desfallece. Nunca refleja el dramatismo ni la emotividad que transmiten sus vivencias como uno de los pesos pesados de la industria. 4.44 puede ser interesante como lectura y un bostezo como experiencia musical.
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